viernes, 22 de agosto de 2014

GUARDIANES DE LA GALAXIA (9d10)

Marvel lo ha vuelto a conseguir y ha dado en el blanco con una pieza imprescindible dentro delk universo cinemático que está creando más allá del mundo de los comics.
Desde que se supo que Guardianes de la Galaxia iba a ser la cuarta y penúltima película de la Fase Dos de Marvel (justo antes de Los Vengadores: la era de Ultrón) no han sido poca las especulaciones sobre la misma, pues tras el apabullante y sorprendente éxito de la Fase Uno (Los Vengadores es de lejos la película más taquillera a nivel mundial de los últimos cinco años y la tercera de toda la historia) Marvel parecía haberse acomodado un poco, limitándose a repetir (y mejorar, en lo posible) los esquemas de sus triunfos el pasado (y que conste que no lo digo como algo negativo; El Capitán América: El Soldado de Invierno sigue siendo una de las mejores películas del año). Por eso la apuesta por Guardianes de la Galaxia parecía sumamente arriesgada y desconcertante.
Tras la presentación (mediante cinco películas) sin prisa pero sin pausa de los diferentes integrantes de Los Vengadores, ahora la productora afrontaba el desafío de repetir con una película coral sin conocimiento previo de los personajes, que tampoco es que sean unos superventas en papel y entre cuyos miembros se encuentran un mapache y un árbol. 
Para rizar el rizo, el elegido para dirigir tan pírrica empresa era Peter Gunn, un tipo desconcertante como pocos en cuya filmografía apenas destaca la cruenta Slither(La Plaga), la genial aunque surrealista Súper (primera toma de contacto del realizador con los superhéroes) y una serie de cortometrajes titulada PG Porn que representaba todos los tópicos del cine X pero para todos los públicos. Con semejante currículo era fácil intuir que era el realizador adecuado para esta película, aunque faltaba por ver si era el adecuado para hacer una obra maestra o un bodrio infumable que no soportaran ni los frikis más comiqueros.
Y, contra todo pronóstico, logró lo primero. 
Con un aire revival anclado en los ochenta y claros homenajes a la cultura pop de esa década (desde la genial banda sonora hasta las referencias a a Footloose –por cierto, que Kevin Bacon, héroe en las sombras de la película, es un viejo conocido de Gunn gracias a Súper-, Guardianes de la Galaxia es la película de acción perfecta, capaz de medir a la perfección sus tiempos y sin renunciar a ningún elemento cinematográfico clásico (hay drama, emoción, romance, todo en muy pequeñas dosis) pero apostando siempre por la acción más espectacular (y ojo, esto no quiere decir excesiva, interminable y agotadora) y, sobretodo, un sentido del humor tan salvaje que logra superar incluso a la joya de la corona marvelita que fue el primer Iron Man, piedra de toque de todo el imperio comiquero actual.
Sin que el argumento sea nada del otro mundo (un grupo de inadaptados sociales deben unirse para enfrentarse a un mal mayor y descubrir a los héroes que llevan dentro), la puesta en escena es tan eficaz que no solo resulta fácil empatizar con cualquiera de los cinco protagonistas (destacando a los dos personajes generados por ordenador) sino que sus traiciones y alianzas resultan tan coherentes como creíbles.
Lo que más llama la atención es la aparente desvinculación con el Universo cinemático Marvel tal y como lo conocíamos hasta ahora. Sí, sabíamos que había vida extraterrestre (los Chitauri y los propios asgardianos) en contacto con nuestro planeta e intuíamos (recuerden el extraterrestre azul de SHIELD) que nos quedaba mucho por descubrir, pero no hay en Guardianes de la Galaxia ninguna referencia directa a ningún miembro de Los Vengadores, ni cameos sorpresa ni aparición postcréditos de Nick Furia. 
Lo único que nos demuestra que estamos ante un capítulo más de la impresionante saga que se está cociendo a caballo entre el cine (principalmente) y la televisión es la aportación de El Coleccionista (visto fugazmente en la escena postcréditos de Thor: El reino oscuro), el cameo de Thanos (también brevemente vislumbrado al final de Los Vengadores) y la existencia de Las Gemas del Infinito. 
Por lo demás, pese a que el seguidor Marvel puede palpar la conexión espiritual en el ambiente, Guardianes de la Galaxia podría considerarse una película claramente independiente, por más que todo parece indicar que en la Fase Tres Guardianes y Vengadores podrían cruzar sus caminos.
Pero aunque el mérito de Gunn (guionista aparte de director) es grande y hay que congratularse por la sensación de que Marvel le ha dado rienda suelta para hacer lo que le venga en gana, no todo el mérito es suyo, pues no cabe duda que el casting del film es casi perfecto, siendo todos los actores –por variopintos que sean- idóneos para su papel. Así, tenemos a desconocidos como Chris Pratt interpretando a Peter Quill (un perfecto y adorable caradura heredero natural de Harrinson Ford), estrellas reconocidas como Zoe Saldana (nueva diva de la ciencia ficción gracias a Star Trek y capaz de hechizar con su sensualidad ya sea azul, como en Avatar, o verde, como la asesina Gamora), luchadores fingiendo ser actores como Dave Bautista ejerciendo de Drax el Destructor (y, sinceramente, no lo hace nada mal), actores reconocidos poniendo movimiento y voz a Groot y Rocket como Vin Diesel y Bradley Cooper, actores de renombre casi irreconocibles bajo el maquillaje como Lee Pace, Karen Gillian y Djimon Hounsou (Ronan, el Acusador, Nébula y Korath), estrellas oscarizadas como Benicio Del Toro y Glenn Close, aportaciones de nivel de la mano de John C. Reilly y Michael Rooker, el cameo sorpresa de turno de la mano de Josh Brolin, y así hasta un largo etcétera. 
Todos cumplen a la perfección en una epopeya donde, esta vez sí, los efectos pirotécnicos y el maquillaje están al servicio de la historia, y no al revés, y cuya genialidad llega a niveles sublimes (si no le arrebata el Oscar a los mejores efectos digitales a El amanecer del Planeta de los Simios por ahí andará) en la confección de Rocket y Groot.
Guardianes de la Galaxia es divertida, trepidante, emotiva, brillante y conjuga la gran habilidad de ser una obra para todos los públicos, niños o adultos, amantes de la acción o de la comedia, fans de los comics o completamente desconocedores de los mismos. Tras el inmenso trabajo de J.J.Abrahms para resucitar Star Trek, Guardianes de la Galaxia viene para demostrar que el género de la space-opera no está tan fiambre como podía parecer y cuya confirmación vendrá de nuevo de la mano de J.J. en la nueva Star Wars.
Y precisamente referenciando a Star Wars se encuentra la única pega que se podría poner a Guardianes de la Galaxia. En su deseo no disimulado de rendir tributo a la cultura pop de los ochenta fuerza demasiado los guiños con respecto a la obra de George Lucas. Groot y Rocket son la equivalencia de R2D2 y C3PO, Peter Quill es la reencarnación de Han Solo (incluso tiene su propia versión del Halcón Milenario), hay un misterio latente no resuelto sobre la identidad del padre de Peter e incluso en un momento dado hay una escena con amputación de mano. Demasiadas referencias para una película que, aun así, es magistral.
Metan en una coctelera el concepto de cine independiente, la serie B, el blockbuster y filtren el resultado a través del rasero Marvel. El resultado será: Guardianes de la Galaxia, un film que no solo compite mano a mano con El amanecer del Planeta de los Simios para ser la película del verano sino que ambas estarán en lo más alto de la lista de lo mejor del año.
Una genialidad extremadamente divertida. La única lástima es que, viendo el buen resultado que les ha dado dejar a un tipo tan personal como Gunn campar a sus anchas, ¿por qué no se han atrevido a hacer lo propio con Edgar Wright, recientemente despojado de la silla de director de Ant Man, la primera película de la Fase Tres?





2 comentarios:

  1. Yo cada vez veo más, viendo lo que le han dejado hacer a Gunn en ésta, que el problema con Wright estaba precisamente en Wright y en los rumores de falta de profesionalidad con los tiempos que salieron muy al principio, antes que se acordara por ambas partes que se debía a "diferencias creativas". No en vano, ha sido irse él y la producción va como un tiro, cuando la propia Marvel le ha estado esperando durante años...

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    1. Posiblemente sea cierto y la culpa de la ruptura entre ambos sea más de Wright que de Marvel, pero no deja de ser una lástima. Precisamente hace un rato acabo de revisionar Zombie Party y bienvenidos al Fin del Mundo y no dejaba de pensar en lo bien que encajaría su estilo en un personaje como Ant Man.

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