sábado, 19 de marzo de 2016

CALLE CLOVERFIELD, 10: "La habitación" más monstruosa.

J.J.Abrams ha demostrado ser, aparte de un brillante realizador, un magnífico productor. Aparte de sus éxitos televisivos y de reanimar sagas tan agónicas en su momento como Misión Imposible o Star Trek (y yo añadiría a Star Wars, pero no quiero entrar en polémicas) supo crear de la nada proyectos pequeñitos que se convirtieron en grandes éxitos gracias a sus prácticas publicitarias. El más claro ejemplo de ellos es la magnífica campaña que convirtió la película Monstruoso en un éxito de taquilla provocando antes de su estreno todo tiempo de especulaciones y rumorología viral sobre su argumento (incluso se insinuaban conexiones con la misteriosa isla de Perdidos que al final quedaron en nada).
Ahora Abrams ha repetido la jugada pero con nuevas reglas. En lugar de una promoción apabullante, esta Calle Cloverfield, 10 ha aparecido casi de la nada, sin que se supiera de su existencia hasta apenas un mes antes de su estreno, fecha en la que apareció el primer póster y acompañado del correspondiente tráiler. La simple incursión de la palabra Cloverfield en su título ya invitaba a todo tipo de sospechas (Cloverfield era el título original de Monstruoso; supongo que debemos agradecer a la distribuidora en España que no hayan traducido el título de esta película como Calle Monstruoso, 10) sobre si estábamos ante una secuela del film que dirigió Matt Reeves en 2008. Al final no ha sido así, pero algo hay que relaciona ambas películas, como si compartieran Universo o, cuanto menos, espíritu.
Calle Cloverfield, 10, dirigida por el debutante Dan Trachtenberg, cuenta la historia de Michelle, que tras sufrir un accidente con su coche despierta en un inquietante búnquer, encadenada a una pared, y con su apresor, un paranoico obsesionado con la supervivencia llamado Howard, que le asegura que le ha salvado la vida, ya que la humanidad, fuera de ese refugio, ha sido eliminada.
Con Emmett como único compañero de desventura, el trío protagonista deberá aprender a confiar uno en otro en un espacio reducido en el que la realidad sobre lo que ha sucedido en el exterior es una apuesta que puede marcar la supervivencia de cada uno de ellos.
Calle Cloverfield, 10 juega muy bien sus cartas en cuanto al juego de desconcertar, con pistas falsas que cambian la percepción de lo que sucede en varias ocasiones y con una protagonista, la muy correcta Mary Elizabeth Winstead, que comparte el punto de vista con el propio espectador, aunque quien realmente impone con su presencia es el gran (en todos los sentidos) John Goodman, capaz de pasar de anfitrión bonachón a peligrosa amenaza en un pestañeo.
Quizá la principal deficiencia de la película no sea precisamente culpa de ella, sino de la casualidad. Y es que puede que se eche en falta un poco más de angustia caustrofóbica, que el ahogo que puede suponer vivir encerrado en tan poco espacio se contagie más al espectador. Y sin duda la coincidencia en pantalla con la magnífica La habitación ayuda a provocar tal sensación.
Con todo, Calle Cloverfield, 10 es un interesante thriller tan intrigante como divertido que, al igual que sucedía con La habitación, sufre un cambio de registro en su recta final que si bien tiende al exceso y desconcierta ante la nueva película que se abre al espectador sin duda revoluciona el ritmo de la película consiguiendo resultar una toda una sorpresa pese a la sucesión de tópicos y clichés (totalmente intencionados) que ofrece.
Muchas veces se ha comparado el cine de Abrams con las producciones ochenteras del estilo de su admirado Spielberg a las que rinde total tributo en Super8, pero en este tramo final de su última producción me viene a la mente ciertas películas propias de la década de los cincuenta, sin llegar a valorar más mi comentario por poder rozar el spoiler.
Buen debut de Trachtenberg como director e interesante historia que podría (o no) ampliar la historia vista en Monstruoso y que volverá a las pantallas al menos en una tercera ocasión de la mano de Bad Robot.

Valoración: siete sobre diez.

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