sábado, 6 de octubre de 2018

TODOS LO SABEN

A priori, cuando uno se enfrenta a una película como esta, no pude pensar más que está ante una marcianada. Pongámonos en situación. Todos lo saben es una película dirigida por Asghar Farhad, director iraní con dos Oscar en su haber que nunca había filmado una película fuera de su país. Lo hace ahora en una producción 100% española rodada en un pueblo de interior, con Penélope cruz hablando con acento argentino y arrancando la acción con los preparativos de una boda en la que aparecen, bajando de un autocar, los padres del novio hablando en catalán. Todo parece muy loco, ¿no?
Una vez aceptada esta curiosa mezcolanza cultural, la película se presenta con un ritmo pausado, con tono costumbrista, que permite hacer una magnífica presentación de personajes que permite a los actores, protagonistas y secundarios, lucir a un magnífico nivel, desde el triángulo protagonista que forman Javier Bardem, Ricardo Darín y la propia Cruz, como la magnífica lista de grandes secundarios que son Bárbara Lennie, Eduard Fernández, Inma Cuesta, Elvira Mínguez, Sara Sálamo, etc. 
La trama mezcla elementos propios del culebrón familiar, con una saga de un clan cargado de secretos en un ambiente rural en que tan difícil resulta, precisamente, guardar secretos y donde todos se conocen muy bien (demasiado, incluso) o el thriller, ya que durante la celebración de la susodicha boda la hija del personaje de Penélope Cruz es secuestrada.
Siempre he comentado que el principal problema de las películas de intriga es que, para el espectador aficionado, es difícil encontrar el equilibrio entre el engaño y la coherencia, lo cual suele derivar o bien en el ridículo o bien en anticiparse al final. Por ello, el gran mérito del film de Farhad, cuyo guion filma él mismo, está en saber derivar la atención en los conflictos personales entre los protagonistas y en la manera en la que cada uno se enfrente a la tragedia y a los fantasmas del pasado que el secuestro pasa, por momentos, a un segundo plano, consiguiendo que el propio espectador se olvide de jugar a ser detective y se pueda sorprender por el desenlace, por más simple que a la postre pueda resultar.
No es esto, por tanto, un film del estilo Agatha Christie ni lo pretende. Y ello propicia que el foco esté siempre encima de los personajes más que en la acción y que el tono dramático, la intensidad de las interpretaciones y la angustia contagiosa entre los protagonistas impere por encima de todo. Decía Farhad que España e Iran tenía mucho más en común que Irán y otras culturas como la irlandesa o la japonesa, por poner algún ejemplo, y algo de razón debe tener, pues su retrato de esa España profunda y rural es impecable, así como su muestrario de la condición humana, del amor, la envidia, la generosidad o el rencor que maneja los hilos de la acción.
Todos lo saben es, en fin, un gran título, una película soberbia, de grandes interpretaciones y con un Farhad que, con el cambo de idioma y cultura, no ha perdido el nervio ni el temple narrativo, aunque para ello nunca podrá estar suficientemente agradecido a la entrega total de unos actores magníficos y completamente entregados a su película.

Valoración: Ocho sobre diez. 

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