domingo, 7 de octubre de 2018

VENOM

Como cambian las cosas en tan solo unos meses. Hace apenas algunas semanas esperaba con ganas este estreno, más viendo el tráiler que prometía una versión bastante oscura al personaje y con un look mucho más fiel al que se vio en Spider-man 3. Sin embargo, a medida que se acercaba el momento del estreno las sensaciones eran cada vez más agoreras, con cambios en la sala de montaje para suavizar la violencia, críticas vetadas y Tom Hardy, su protagonista, diciendo que lo que más le gustaba del film se había quedado en la sala de montaje. Así que llegado el momento del estreno mis expectativas estaban más bien por los suelos.
Al final, la cosa no ha llegado a ser un desastre, pero casi. No estamos hablando de una completa basura, como Los 4 Fantásticos de Josh Trank, ni siquiera es tan insuficiente como Catwoman o Elektra, pero tampoco se sitúa muy por encima. De hecho, quitando esos tres casos fragantes, creo que habría que considerarla como una de las peores adaptaciones al comic de los últimos años, más si nos centramos en las dos grandes, Marvel y DC. ¿Recuerdan Daredevil o Green lantern? Pues por ahí van los tiros.

Y es que lo que Sony ha hecho con la película es casi un suicidio cinematográfico. De entrada, porque no se concibe un personaje como Venom (y mira que me fastidia esa manía de no traducir los nombres, tal y como sí sucede en el cómic) sin Spiderman. El personaje no tiene sentido sin el arácnido y por ello en esta película nos encontramos con unas motivaciones que no están nunca demasiado claras. Si en Sony no podían contar con el lanzaredes para su película, mejor que no la hubiesen hecho. ¿Cómo se explica, por ejemplo, el look del personaje? Yo les doy la respuesta: no se explica, y punto.
Luego está el tema de la violencia. Veneno es un antihéroe, un ser que transita por la delgada línea entre el villano y el héroe, y por ello necesita un punto de oscuridad en sus acciones. Lo mismo que Deadpool, con quien Fox sí se atrevió a hacer lo que aquí no. O de Lobezno, cuya última película, Logan, la única que apuesta por ello, es la mejor de la saga. ¿Se imaginan un Punisher con censura? ¿O un Motorista Fantasma con tono familiar? Bueno, la verdad es que sí. Ya lo hicieron, y así les quedó. Sumen estos dos personajes a la lista de desastres, por favor...
Lo de Venom es casi más grave, pues muestran un quiero y no puedo. El tipo arranca cabezas de cuajo, pero todas fuera de plano y sin que se vea ni una gota de sangre. Casi se diría que rodaron las escenas y luego se eliminaron de la sala de montaje, y prueba de ello son los momentos incongruentes de guion o las tramas que avanzan a saltos, sin que veamos ciertas explicaciones en pantalla.
Así que desde este punto de vista, Venom es un desastre total, con un guion insuficiente y cobarde, unos personajes planos (solo Eddie Block tiene algo de trasfondo) y un solo actor, Hardy, que merezca ser mínimamente destacado. A su lado hay toda una ganadora del Oscar como Michelle Williams que apenas sirve para hacer bonito. 
A eso, hay que sumarle una dirección muy deficiente, donde la oscuridad no sirve para dar un tono más serio al personaje sino para hacer más confusas las escenas de lucha, con unos antagonistas que no dan la talla y siguiendo el esquema ya muy manido de poner un villano como la contrapartida oscura del héroe (algo que después de verlo en Iron Man contra Iron Monger, Hulk contra Abominación o Ant Man contra Chaqueta Amarilla ya cansa un poquito), algo especialmente absurdo cuando ya el héroe debería ser una contrapartida oscura de Spiderman y que hace que no me interese en absoluto la secuela que aspiran a hacer por prometer más de lo mismo. Y si encima todo se reduce a escenas de lucha por ordenados muy mal filmadas, pues mejor pasar página...
Último detalle: el humor. Venom no tiene humor. No es una película cómica. O no debería serlo. Pero la gente se reía en muchas ocasiones. Y cuando la gente se ríe en una película sin chistes, la cosa no puede ser peor. Todos los diálogos internos entre Eddie Block y Venom son de traca y, para no rasgarse las vestiduras, lo único que se puede hacer el resignarse y apuntarse al coro de risas que entristecen aún más el resultado final.
Para colmo, y esto no es solo culpa de la peli, sino también de su poco sentido de la oportunidad, una de las escenas supuestamente más espectaculares trata sobre una larguísima persecución que los malos, en coche, hacen sobre el prota, que va en moto. ¿Tienen fresca la persecución de Misión Imposible: Fallout? Pues no hay más que hablar.
¿No hay nada entonces que se pueda salvar de Venom? Pues tampoco es eso. Al fin y al cabo estamos hablando de una película con un tipo poderoso arrancando cabezas a los malos. Y aunque sea fuera de plano, eso siempre mola. Además, el pobre de Hardy, ese actor especializado en personajes a los que apenas se les ve el rostro (Bane, Mad Max, el piloto de Dunkerque) se esfuerza por sacar adelante un papel sin mucho a lo que rascar (ya he dicho que las motivaciones nunca están claras, y tanto él como su alter ego simbionte pasan de un lado a otro de la balanza moral de manera caprichosa). Y al fin y al cabo es una película entretenida. Estúpida y mal hecha, pero entretenida. Y resulta impagable que para el diseño del personaje se hayan basado en la caracterización que en su momento llevaron a Veneno a lo más alto del panorama comiquero de finales de los noventa de las manos de Todd McFarlane y Mark Bagley, cuando el personaje apenas acababa de debutar y parecía que podía molar mucho.
Una de las cosas que en Sony se tendrían que preguntar es: ¿se puede hacer una película interesante de Veneno? Si miramos sus apariciones en cómic, las dudas son razonables. Ha tenido muchas miniseries alejado de la sombra de Spiderman, pero la mayoría muy mediocres. Es un caso de esos en los que la leyenda es más grande que el propio personaje. Así que la respuesta, posiblemente, sea que no, lo mismo que no concibo una película en solitario de Kraven, el Cazador (como se rumoreó durante cierto tiempo) o de Morbius, geniales en la galería de villanos pero sin entidad suficiente para protagonizar sus propias películas.
En vista del desastre potencial que es este Venom (que ya tiene unas críticas nefastas y que, al igual que otro título mediocre por su falta de valentía y calidad narrativa como fue Escuadrón Suicida seguramente hará bastante taquilla), mi consejo para Sony está claro: que se dejen de experimentos y, tal y como hicieron ya con Spiderman (y el éxito fue claro), dejen los personajes de Marvel en manos de Marvel. En el MCU, Veneno puede molar mucho. En el Universo Spiderman sin Spiderman, no.
Eso sí, la escena postcréditos es lo mejor del film. Casi una pequeña obra maestra. Por cierto (y no explico más por no caer en el spoiler), ¿he dicho ya que la escena postcréditos de Venom no tiene nada que ver con Venom?
Pues eso. Una lástima. Otra más.

Valoración: Cuatro sobre diez.

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