viernes, 8 de abril de 2022

Cine: MORBIUS

En el cine, como en la vida en general, resulta difícil satisfacer a todo el mundo. Si películas exitosas como las de Marvel o Star Wars cuenta con feroces detractores que apuntan a una simpleza argumental, películas de mala calidad como Morbius invitan ya al desprecio más absoluto. Porque Morbius es mala, sí. Muy mala, incluso, aunque tal y como los que defienden el cine de superhéroes hacemos matices para señalar las diferencias creativas del «buen cine», el malo también merece de estas distinciones.

Y es que lo mejor que se puede decir de Morbius es que, a diferencias de otras películas superheróicas destrozadas por la crítica como Elektra, Cuatro Fantásticos o Venom (especialmente su secuela), esta no llega a ofender. Quizá la cosa es que es tan plana y simple que no le alcanza ni para eso, no lo sé, pero es un alivio encontrarse con una película que simplemente no tiene los baremos de calidad necesarios (de nuevo el guion es el punto más sangrante, aunque habría que hacer un poco de hincapié en sus bochornosos efectos especiales o su confuso montaje), sin ser por ello insultante. En películas como las recientes propuestas de Sony alrededor de Venom, daba la sensación de que no lo habían hecho mejor porque no les había dado la gana, menos preciando al espectador con una desidia total. En Morbius, sin embargo, el balance es más indicativo de que sus responsables, simplemente, no daban para más, empezando por un Daniel Espinosa terriblemente torpe en los momentos de filmar la acción (y eso que su Life me gustó bastante) y unos Matt Sazam y Burk Sharpless que parecen haberse enfrentado al guion sin conocer para nada al personaje, no teniendo el espectador nunca claro cuáles son los poderes de Morbius ni sus motivaciones. Realmente, se nota que a nadie (ni siquiera a los aficionados al comic) les importa demasiado este personaje secundario de las colecciones arácnidas que si tiene película propia es porque Sony no tiene mucho más donde rascar a la hora de crear ese insulso universo que pretenden hacer a consta de los despojos de Spider-man (a falta de que algún día nos confirmen si en este universo existe ya algún Peter Parker –ya sea con el rostro de Andrew Garfield o el de Tobey Maguire- o no).

Morbius sigue a rajatabla los esquemas de una película de orígenes que ya en los noventa había pasado de moda, con todos sus defectos: media película anodina para que conozcamos al personaje, un villano que no deja de ser una fotocopia oscura del héroe y una resolución que, en el caso que nos ocupa, es más precipitada y torpe que nunca. Sin entrar en spoilers, solo diré que el héroe (por llamarlo de alguna manera) descubre una manera de derrotar al villano, se enfrenta y lo derrota. Así, sin más. No hay ni un ápice de épica en ese anticlímax que define la confrontación final y en la que, incluso, se le niega la mínima dosis de drama que podría haber gracias a repetir literalmente la jugada que ya hiciera Sony en Venom: Habrá matanza.

Setenta y cinco millones no es un presupuesto tan desdeñable como para que la película tenga un acabado visual tan mediocre, aunque posiblemente un buen pellizco se haya desviado hacia el reparto, lo único salvable de la película. No acabo de entender muy bien qué copia del guion entregaron a Matt Smith o Jared Leto (que se está convirtiendo, tras su Joker, en un especialista en las peores encarnaciones de personajes de comic sin que sea culpa suya), pero mucho me temo que la definitiva no. Claro que también es cierto que esta no es la película que se pretendía hacer en un principio, y que el éxito de Spiderman: No way home cambiaron muchas cosas (de la que hablaré en un futuro artículo), pero eso no es excusa para un caos narrativo, plano e insulso, que ha provocado que la gran mayoría de los comentarios de la gente sean referentes a las escenas postcréditos. Y encima, para mal.

En resumen, otra torpeza de Sony que demuestra que sin el amparo de Marvel en general y Kevin Feige en particular no son capaces de dar la talla, a la vez que una respuesta en taquilla que evidencia, por otro lado, que el logotipo de Marvel vende entradas por sí solo y que púbico y crítica no siempre suelen ir de la mano, aunque me da la sensación de que estamos en uno de esos casos en los que pese a los excelentes números de su semana de estreno, el boca-oreja va a perjudicar mucho al rendimiento económico del film.

Casi parece que Sony esté pidiendo a gritos que Marvel les pague una pasta por recuperar a sus personajes, pero mientras eso no ocurra y la teta siga dando leche, los despropósitos fílmicos seguirán. Tras esto, ¿alguien duda que Kraven, Madame Web o Silver Sable van a ser iguales de desastrosas? La cuestión es saber en qué momento van a dejar de dar dinero. Espero, por el bien del cine y de los personajes, que sea pronto. Ho es que vaya a echar mucho de menos a cualquiera de estos personajes dentro del UCM, pero un poco de penica de ver lo que está pasando con Venom o saber que nunca vamos a tener una adaptación como se merece de La última cacería de Kraven de DeMatteis sí que me da.

 

Valoración: Cuatro sobre diez.

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