Es, seguramente, la pregunta que más me hacen. Sí, dije en su momento que Sanguijuelas iba a ser la primera entrega de una pentalogía llamada genéricamente Guerras de Sangre. Y sí, el proyecto sigue vivo y sin variar un ápice.
Es
cierto que pretendía que la segunda entrega fuese mi siguiente novela tras El hombre de trapo mataba por amor, y de
hecho hay más de doscientas páginas ya escritas de la misma. Mithos, que es como se va a titular, va
viento en popa y estoy muy satisfecho con lo que llevo redactado, pero me he
encontrado con un gran obstáculo que ha hecho que frene en seco y la abandone
momentáneamente. Y ese obstáculo no es otro que mi propia cabezonería.
Como
sabéis, una de mis obsesiones a la hora de escribir es tratar de ser lo más
fiel a la realidad en las descripciones de escenarios. Tengo la teoría de que
cuanto más reconocible sea el lugar donde transcurre la acción más verosímil es
lo que narro, por más que sea un apocalipsis zombi, una conspiración vampírica
o una persecución a través del tiempo (tranquilos, todo llegará). Es por eso
que para Mundo Muerto me recorrí de
nuevo Sitges, Benidorm y otras localizaciones importantes, cámara fotográfica
en mano, para lograr alcanzar ese realismo que buscaba. Lo mismo sucedió con Sanguijuelas y los bosques de Collserola
que rodean las ruinas del Casinet de Barcelona, y ya he hablado en ocasiones
del viaje que hice con mi padre una Semana Santa para regresar a la tierra que
le vio nacer y que era casi un protagonista más de El hombre de trapo mataba por amor.
El
caso es que Mithos se desarrolla en…
(redoble de tambores, por favor) la costa oeste de los Estados Unidos, un lugar
que visitar hace ya unas tres décadas y cuyos recuerdos promovieron la
existencia de esta historia. Hoy en día casi es posible viajar desde casa
gracias a Internet y Google Maps en mano me lancé a escribir
sobre San Francisco como si la viniese visitado ayer mismo.
Pero,
más por mi propia obsesión, como digo, que otra cosa, algo no terminaba de
funcionar, y cuando empecé a investigar vídeos de YouTube más a fondo con la
fantasía de poder viajar hasta allí (viaje que no llegué a hacer por cuestiones
meramente burocráticas) me encontré con lugares que desconocía y que necesitaba
ver para completar mi novela.
Esa
es la palabra exacta: lo necesitaba.
Así
que, convencido de que Mithos sólo
podría ser una realidad tras viajar hasta California y perderme en persona por
el Pier 39 o el SoMa y disfrutar de un atardecer frente al Golden Gate. O
zambullirme en la locura de Las Vegas. O adentrarme en las gargantas infinitas
del Grand Canyon… Y a la espera de poder hacer ese viaje, medio vacacional
medio de investigación, y asegurarme de que lo que describo es realmente lo que
deseo describir, Mithos estará en
barbecho.
Esa
es, y no otra, la razón por la que Sanguijuelas
2 no es ahora mismo una prioridad. Pero lo volverá a ser, os lo aseguro. Espero
que más pronto que tarde. Porque estoy deseando saber que le depara el futuro a
Antonio y Tomás y cuáles son los límites para la ambición de Anne. Y eso sin
contar que este segundo capítulo tendrá un montón de personajes nuevos que
espero os enamoré tanto como me han enamorado a mi mismo.
Confío
que la espera será breve. Y qué, mientras sucede, los otros proyectos lleguen a
realizarse y os consigan hacer amena dicha espera. Yo, al menos, podré todo de
mi parte porque así sea…
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