lunes, 31 de agosto de 2020

Cine: LOS NUEVOS MUTANTES

Ironías de la vida, cuando más complicado es que se estrene una película interesante a causa de los estragos del CovidLos Nuevos Mutantes ha resultado beneficiarse de ello, pues tras una infinidad de postergaciones y re-rodajes, parecía hace apenas unos meses que nunca iba a llegar a ver la luz, ni siquiera mediante Disney +.
De hecho, su realización ha sido tan errática como su conceptualidad propiamente dicha, pues nacida bajo el amparo de Fox y en el mismo Universo que el resto de los X-Men, ha terminado estrenándose siendo ya parte del catálogo de Disney y con un proyecto para reiniciar la historia mutante partiendo de cero. Y el resultado no puede ser más alejado del estilo Disney, con adolescentes mal hablados, violencia explicita, toques de terror, buenos que matan sin remordimientos y romances políticamente incorrectos. Y eso por no mencionar que el villano final de la función es, en cierto sentido, un oso monstruoso…
Con semejantes antecedentes, resultaba curioso saber que iba a resultar del film, adiado por muchos antes siquiera de su estreno, que se basa en el arco argumental de Chris Claremont y Bob McLeod (el cual no parece muy satisfecho con el resultado). No en vano nos encontramos con un film de personajes desconocidos por un lado, pero con un reparto muy atractivo para el target más juvenil por otro, con la inmensa Anya Taylor-Joy robando escenas a doquier y con caras conocidas de Stranger Things y Juego de Tronos.
Al final, el resultado no solo es aceptable, sino muy recomendable. No voy a negarle cierta pereza en su primer tercio de película, cuando es necesaria una presentación calmada de los personajes pero que, para ser una película de superhéroes (más o menos) se hace algo cansina. Luego todo va como un tiro, y solo en el acto final, donde se debe rendir algo de tributo al género con un desenlace de traca se hecha en falta algo más de terror a la propuesta (que por lo visto en escenas sueltas debió quedarse en la sala de montaje). Con ello, la película al menos puede presumir de ofrecer algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, lo que no es poco, y para mi gusto merece estar entre las tres mejores películas de mutantes junto a X-Men: primera generación y Logan (a Deadpool lo dejo aparte por razones obvias).
Josh Boone, el director y coguionista, es un director surgido del cine juvenil, con Bajo la misma estrella como su mayor éxito, pero que parece sentirse cómodo con el terror, pues ejerce de showrunner en la inminente nueva adaptación en formato serie de Apocalipsis, de Stephen King. Suya fue la idea de retratar la historia de este grupo de jóvenes en clave de terror, presentándolos de manera independiente en un extraño hospital donde se pueden reconocer referencias y tributos al cine de género, sabiendo crear un tono muy malrollero y donde la buena labor de los actores hacer que todo parezca más coherente de lo que es, en especial una Anya Taylor-Joy que, aunque sobre el papel no sea la protagonista principal, cuyo honor recae en Blu Hunt, quizá la más desconocida del reparto, consigue sobresalir por encima del resto, dragón Lockheed incluido. De hecho, se podría encontrar en el argumento nexos en común con Glass, precisamente la última película protagonizada por la actriz de Florida.
Si se quiere, se pueden encontrar ciertas carencias a la película, como el hecho ya comentado de que no se termine de apostar por el tono oscuro y macabro hasta sus últimas consecuencias o el hecho de carecer de un final redondo, quedando algunas preguntas sin responder (aunque todo parece indicar que iban a ir asociadas a la escena postcréditos de X-Men: Apocalipsis) debido a la intención inicial (ya descartada) de que esto fuese una trilogía, pero debo confesar que salí francamente satisfecho de la película y que me va a resultar una verdadera lástima no volver a ver a estos personajes en una película. Todos consiguen, de una manera u otra, hacerse querer y el hecho de que nunca se haga mención a nada demasiado específico sobre los mutantes que la aten irremediablemente a la saga de Singer podrían invitar a pensar que Disney podría aprovechar el buen sabor de boca que está dejando la película para apostar por sus protagonistas, pero me temo que es demasiado atípica y arriesgada para ellos. Y el elemento LGTB puede ser la gota que colma el vaso.
Una lástima, pero al menos hemos tenido la posibilidad de disfrutar de esta primera película, con un final más o menos cerrado, y podemos soñar con la posibilidad de ver, de vez en cuando, películas más atrevidas y arriesgadas de lo habitual.

Valoración: Ocho sobre diez.

domingo, 23 de agosto de 2020

Visto en HBO: LO QUE HACEMOS EN LAS SOMBRAS. T2.

Es posible que Taika Waititi no sea un creador del gusto de todos. Su humor, inteligente y absurdo a la vez, puede crear controversias, y aunque no terminó por convencerme A la caza de los ñumanos, lo cierto es que su Thor Ragnarok es de lo más radical y diferente que se ha podido ver en el MCU de Marvel mientras que Jojo Rabbit es una completa maravilla.
Antes que todo esto escribió y dirigió Lo que hacemos en las sombras junto a su amigo Jemaine Clement en su Nueva Zelanda natal, y aunque no fue lo que se dice un bombazo (tuvo un estreno muy discreto, es una de esas joyitas que yo personalmente descubrí, casi por casualidad, en el Festival de Sitges), poco a poco se ha ido convirtiendo en película de culto hasta que, hace un año, en FX Networks decidieron apostar por ella para convertirla en serie de televisión.
Distribuida en España por HBO, acaba de concluir la segunda temporada de las particulares peripecias de cuatro vampiros que comparten piso en New Jersey y solo puedo decir que no solo se mantiene el nivel de la primera (que ya era muy alto), sino que por momentos incluso lo supera. Con las cartas ya sobre la mesa y conociendo ya a los protagonistas, la serie se permite arriesgar por terrenos desconocidos, como en el episodio en que el vampiro Laszlo abandona su comunidad, abandonando así la zona de confort de la serie, dando más papel a Colin Robinson, un vampiro psíquico realmente desternillante, y manteniendo la zona costumbre de incluir cameos memorables, en este caso destaca la presencia siempre formidable de Mark Hamill. No obstante, y buscando huir de la mera repetición de situaciones, esta segunda temporada inicia una interesante línea argumental paralela centrada no en los vampiros sino en Guillermo, el «familiar» humano que hace de sirviente para Nandor y que se erige, por sorpresa, en el verdadero motor de la temporada.
Igual de absurda, irreverente y extravagante que la primera temporada o la película, esta nueva tanda de episodios de Lo que hacemos en las sombras dejan con un muy buen sabor de boca. Por momentos tronchante, es digna heredera del buen hacer de Waititi, aquí solo productor, ya que su entrada en el mundo de Star Wars a través de The Mandalorian no le habrá dejado mucho tiempo para dirigir, como sí hiciera en tres episodios de la primera temporada. Y con un final de temporada que, como no podía ser de otra manera, deja con ganas de más.

domingo, 16 de agosto de 2020

Visto en HBO: ENCURTIDO EN EL TIEMPO

Se podría pensar, viendo los resultados de crítica de ciertas películas de Netflix, que algunos autores pierden fuelle con el cambio de formato. Pero viendo la primera película original de HBO Max con Seth Rogen como protagonista y productor (Y un amigo de la casa en la silla de director), parece que el problema es contagioso.
Y es que pese a las aspiraciones de comedia que tiene Encurtido en el tiempo, a la hora de la verdad lo más gracioso del film es su flipante título en español. El film arranca en 1919, cuando un inmigrante judío que busca la prosperidad en los Estados Unidos mediante un empleo miserable en una fábrica de encurtidos cae en un tanque de pepinillos justo el día en que la factoría quiebra. La salmuera lo conserva intacto hasta que es rescatado cien años después, y es ahí donde se produce el verdadero arranque de la película, con nuestro héroe conociendo a su único familiar vivo y tratando de adaptarse a un mundo totalmente nuevo para él.
Con un planteamiento similar a Eternamente joven (no voy a mencionar al Capitán América por no pasarme de obvio) y con Rogen haciendo un doble papel, las posibilidades cómicas son casi infinitas. Sin embargo, el guionista Simon Rich, que adapta su propia novela, prefiere buscar el sentimentalismo, resultando más un drama que una comedia.
Quizá si desde el primer momento se hubiese apostado claramente por el drama la propuesta habría funcionado muy bien, ya que el mensaje sobre la familia, el honrar a los padres y la fuerza de la identidad están muy presentes en todo momento, y hay momentos muy hirientes a la par que simpáticos en la crítica hacia la sociedad actual, movida por el capitalismo, las redes sociales y la frivolidad. Pero no es así, y hay toques demasiado absurdos como para ignorar que esto es, de alguna manera, una comedia. Y como tal, no me funciona en absoluto.
Encurtido en el tiempo es una película extraña, que para colmo ha sido estrenada en nuestro país solo en versión original (otra prueba de lo chapucera que es la plataforma de HBO España), que mezcla de manera aleatoria géneros e intenciones y que tiene mucha menos gracia de lo que pretende, aunque a cambio funciona bien en el apartado más íntimo y familiar, inculcando (como no podía ser de otra manera con Rogen de por medio) un adoctrinamiento judío algo excesivo.
En fin, propuesta irregular, una fábula simpática pero no divertida, muy alejada de las propuestas locas (aunque cada vez más blancas) a las que Rogen nos tiene acostumbrados.

Valoración: Cinco sobre diez.

Visto en Netflix: PROYECTO POWER

Hace ya bastantes años algunos de esos iluminados que antaño dominaban en Hollywood vaticinaron la inminente explosión de la burbuja superheroica en el cine. Ha pasado el tiempo y lejos de suceder eso, los seres con poderes están cada vez más presentes en nuestras vidas.
Hay que renovarse, eso sí, y Proyecto Power, el último estreno importante de Netflix, se engloba dentro de esas películas, como El Protegido o Chronicle, aspira a proponer un enfoque diferente al género.
Con Jamie Foxx y Joseph Gordon-Levitt (ambos con experiencia en la materia) como principal reclamo, aunque bien acompañados por la joven Dominique Fishback, la película narra, en clave policiaca, la aparición de una nueva droga que otorga cinco minutos de poderes a quien la toma. La premisa es interesante y ofrece un toque de originalidad con el juego de no saber qué poder va a corresponder a casa persona, pero el guion pronto cae en clichés demasiado vistos y los supuestamente sorprendentes giros de guion se intuyen desde lejos.
Así, podríamos hablar una vez más de una oportunidad perdida, ya que al final de la historia nos encontramos en un terreno demasiado conocido y no queda nada de ese propósito de diferenciarse de una película de superhéroes al uso. Sin embargo, una vez aclarado esto, hay que reconocer que tampoco se puede acusar a la película de aburrida. Los directores, Henry Joost y Ariel Schulman, de los que sus trabajos más conocidos son Nerve Viral, parecen que van dando ligeros pasitos en su ascenso a la cima de Hollywood y con este film pretenden opositar para debutar en las grandes ligas, aunque en ciertos momentos se les nota un poco flojos en cuanto a la acción se refiere, con coreografías menos deslumbrantes de lo que cabría desear.
Al fin, y gracias en parte al buen hacer del trío protagonista, la película es un entretenimiento a que no se le pueden sacar demasiadas virtudes, pero tampoco muchas pegas. Una película más para enriquecer el catálogo de la plataforma y que propone un buen rato de entretenimiento, aunque muy por debajo de las expectativas que había creado.

Valoración: Seis sobre diez.

sábado, 15 de agosto de 2020

Cine: PADRE NO HAY MÁS QUE UNO 2. LA LLEGADA DE LA SUEGRA

Hace apenas un año Santiago Segura reafirmaba con Padre no hay más que uno esa blancura que su cine había empezado a abrazar con Sin rodeos, dejando de lado la cafrería de Torrente quizá influenciado por la baja recaudación de la quinta entrega -pese a todo, la mejor de todas-, demostrando un cierto cansancio del público más fiel al personaje).
Que apenas haya transcurrido un año entre esa película y su secuela (confinamiento mediante) parecía presagiar lo peor y era fácil imaginar que estábamos ante un caso de estiramiento de chicle y oportunismo barato. Pese a que cada vez hay más ejemplos, en la filmografía española seguimos sin acostumbrarnos a las secuelas, y que eso se convierta en una saga, y de manera tan precipitada, además, no era buena señal.
Sin embargo, libre ya de las ataduras que suponía estar ligado a un argumento ajeno (la película argentina Mamá se fue de viaje), Segura y su coguionista Marta González de Vega se las han ingeniado para que esta continuación mantenga las virtudes de la primera entrega, sabiendo potenciar los puntos de humor y aprovechándose de la base que supone conocer (y querer) a los personajes de antemano.
Con Segura más protagonista que nunca (un tema de fechas obligó a que el personaje de Toni Acosta tuviera menos presencia de lo deseado), Padre no hay más queuno 2: la llegada de la suegra arranca con brillantez, con Javier, el padre protagonista, en un momento exultante, pero todo se tuerce con el anuncio de un nuevo embarazo de Marisa. A partir de ahí las escenas de humor se suceden casi en forma de mini historietas que funcionan, pero amenazan con agotarse rápidamente. Y justo cuando uno piensa que la cosa va para abajo se produce la entrada en escena de la suegra (la siempre contundente Loles León), como un torbellino dispuesto a ponerlo todo patas arriba. Y ahí la cosa remonta de nuevo, giro sorpresa final incluido.
Así, Padre no hay más que uno 2 sigue los mimbres de la primera película, funcionando estupendamente bien y resultando muy divertida y refrescante, repitiendo (pero no fotocopiando) la fórmula. Eso sí, es tan continuista que aquellos a los que no les gustó la primera película no van a encontrar aquí argumento alguno para poderla defender, pero aquellos que ya se lo pasaran pipa con la primera aventura de este padre de familia numerosa van a ver sus expectativas sobradamente colmadas.
La eficacia de la película, el carisma de Segura y la inteligencia (no exenta de cierto riesgo) de estrenar antes incluso de lo previsto, siendo casi la única propuesta importante de la cartelera, están convirtiendo el film en uno de los grandes éxitos del año. Y eso, en un m omento en que el cine parece en peligro de muerte por virus mundiales y políticos ineptos, es una extraordinaria noticia.

Valoración: Siete sobre diez.