jueves, 23 de febrero de 2023

AHORA SÍ: MI PRÓXIMA NOVELA

Pues ahora que ya sabéis un poquito mejor como están las cosas (con la editorial en silencio administrativo, Mithos en barbecho) es momento de mirar hacia delante y comentaros un poco en qué estoy trabajando de verdad.

Ya sabéis que además de escribir novelas, mi otra gran pasión son los guiones, ya sea cinematográficos o televisivos. ¿Cuál es el problema? Pues sencillamente que mientras que hay editoriales que aceptan manuscritos o, a malas, está la opción de la auto publicación, en el caso de los guiones las puertas están mucho más cerradas. La mayoría de productoras no aceptan proyectos que no hayan encargado ellas mismas y muchas, por no decir todas, sólo trabajan con guionistas de la casa, con lo que aspirar a presentar un proyecto es casi una quimera, sobretodo si hablamos de series de ficción. En el caso del cine, si uno quiere dirigir su propia película y se trata de una historia pequeña (es decir, barata) tiene la posibilidad de producirse se propio film, aunque eso signifique que posiblemente no lo llegue a ver casi nadie (aparte del gran desembolso que supone). Pero si lo que uno pretende, como es mi caso, es sencillamente escribir una historia y dejarla en manos de otros para que la desarrollen, nos volvemos a topar con el mismo muro.

Todo esto que cuento es para que entendáis que tengo varios cajones repletos de ideas (tanto simples esbozos como biblias completas) destinadas al medio audiovisual que, me temo, nunca verán la luz.

O si…

Y es que de entre todos, algunos me tienen más atrapado que otros y me invitan a pensar que bien merecen vivir una segunda oportunidad, aunque sea en forma de novela.

Soy consciente de que el lenguaje cinematográfico y el literario son diferentes (algo que no todos los escritores entienden y por eso grandes nombres de las letras han fracasado a la hora de encargarse ellos mismos de adaptar su obra al cine), pero creo que se me da bien moverme entre la fina línea que separa ambos lenguajes.

Siempre he tratado que mis historias reflejen en mayor o menor medida mis grandes pasiones. Mundo Muerto tenía un componente friki en el que destacaban, entre muchas otras cosas, los cómics; Sanguijuelas tenía un trasfondo literario con referencias directas a Stephen Kong y Anne Rice y El hombre de trapo mataba por amor contenía mucho cine. El guion del que os hablo incorporaba una banda sonora imprescindible, fiel reflejo del estilo ochentero en el que he quedado anclado, y ello me suponía un gran dilema, ya que ¿como hacer una novela con banda sonora? Este era el desafío y el resultado está siendo lo que consideró caí como un experimento.

La cosa se complica más si cabe cuando me alejo de los temas más oscuros y truculentos por los que me muevo habitualmente. Mucha gente me preguntaba en las presentaciones si alguna vez iba a escribir una novela romántica (aunque a mi parecer, tanto Mundo Muerto como El hombre de trapo… son grandes declaraciones de amor). Bueno, pues ha llegado el momento.

De manera que ya os he adelantado algo de la que va a ser mi próxima obra: una especie de experimento de género romántico con mucha presencia musical. Y, además, ambientada en la Barcelona post olímpica.

Espero que el invento salga bien y lo disfrutéis tanto como yo lo estoy haciendo al escribirlo, pero como mínimo no me podréis acusar de volver a escribir otro de mis cuentos macabros y de terror.

Aunque ya os aviso que en ocasiones el amor puede dar más miedo que cualquier ser de ficción…

¿Os apetece?

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