domingo, 7 de julio de 2013

GRU, MI VILLANO FAVORITO 2 (8d10)

En ocasiones resulta exageradamente fácil realizar una crítica cinematográfica. Por encima de gustos, opiniones o estados de ánimo,  no hay nada mejor que acudir a una sala de cine llena y limitarse a observar alrededor. Llevaba tiempo sin disfrutar no simplemente de una película, sino del ambiente que genera, y más de una hora y media de carcajadas constantes es la mejor referencia para definir esta secuela de Gru, mi villano favorito, escrita por Ken Daurio y Cinco Paul y dirigida de nuevo por Pierre Coffin y Chris Renaud. Escapando de moralina barata (que los niños de ahora no son tontos, hombre) ni buscando un humor supuestamente inteligente y situaciones exageradamente sensibleras que atraigan al público adulto, sus creadores apuestan por humor puro y duro, confiando que lo que puede hacer desternillarse a un niño igualmente lo logrará con sus padres. Y desde luego que aciertan. Sí, claro, hay historia de amor, sentimientos y se habla de la familia, pero en ningún momento eso está por encima del objetivo real: divertir.
Con Gru ahora en el lado de los buenos una organización gubernamental ultrasecreta requiere su ayuda para identificar a un nuevo villano que ha robado una fórmula para crear seres monstruosos con los que conquistar el mundo. Con la ayuda de la atractiva (y excéntrica) Lucy, Gru deberá volver a la palestra compaginando la acción con su tarea como padre. Y sí, por supuesto, por ahí andarán los minions, haciendo de las suyas, tan tronchantes que Daurio y Paul no tienen inconveniente en olvidarse por momentos de la trama principal para deleitarnos con irresistibles gags protagonizados por estos seres amarillos.
Indudablemente, el apartado técnico no es tan sobresaliente como las producciones de Pixar, pero ni falta que les hace. La historia es lo que prima y en ese sentido supera sin paliativos a, por ejemplo, Monstruos University. Además, el trabajo de Coffin y Renaud es impecable, con escenas -como la que abre la película, por ejemplo, el robo del laboratorio secreto- que no tienen nada que envidiar a muchas superproducciones de acción real.
Y no puedo dejar de hablar del personaje de Agnes: prodigioso que un dibujo animado sea capaz de desprender tanta ternura.
Si hubiese que poner alguna pega habría que recurrir a su versión española,  ya que en su obsesión por recurrir a figuras famosillas para los doblajes principales (como si eso fuese a atraer al público a las salas) han optado por Patricia Conde para versionar el personaje de Lucy, una opción cuanto menos discutible. Además,  me parece una falta de respeto hacia unos profesionales que si al inicio hay unos títulos de crédito con las voces originales en inglés, aquí solo se haya añadido la correspondencia española de Florentino Fernández y Patricia Conde,  obviando al resto de dobladores protagonistas.

Nimiedades aparte, Gru, mi villano favorito 2 es simplemente genial, descacharrante, divertida, absurda y tierna, con todo aquello que se echaba en falta de su gran competidora veraniega (a la espera de Epic), Monstruos University

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