Hace un par de años El corredor del
laberinto fue un éxito inesperado. Incluida dentro de la moda del cine YA
(young adult) y planteada como el inicio de una saga a la sombra de Los juegos del hambre, se trataba de la
adaptación literaria de la trilogía escrita por James Dashner que Wes Ball
dirigió con Dylan O’Brien (recién salido de la serie Teen Wolf).
Posiblemente el secreto del éxito fuese el rehuir del estigma de Crepúsculo no incluyendo en la trama
ningún triángulo amoroso que despiste de la historia principal mientras que el
argumento es, a priori, más maduro que Harry
Potter y sus imitaciones. Además, El
corredor del laberinto nació con una modestia y falta de pretensiones que
le permitieron superar a proyectos nacidos con más ambición como la saga de Percy Jackson o, sobretodo, la fallida Los juegos de Ender. Es por ello que
está secuela ha sido recibida con ganas, más si tenemos en cuenta que ya está
confirmada la tercera y definitiva entrega que, nadando a contracorriente, no usará
ese truco tramposo y hasta indignante de dividir la última película en dos para
tratar de recaudar el doble (la aburrida Insurgente
es la última que se ha subido al carro).
La principal cualidad de la película (e imagino que esto es mérito de las
novelas) es que no repite el esquema del título anterior, siendo el Laberinto
del título algo del pasado y avanzando en la trama, aunque tras los créditos
comprobamos que se han planteado más preguntas que respuestas que deberán
satisfacerse sí o sí en el tercer capítulo de la serie.
Thomas, Theresa y el resto de los supervivientes de la primera parte
parecen estar a salvo junto a los supervivientes de otros laberintos, aunque
como ya se intuía en el epílogo de aquella las cosas no son lo que parecen y la
organización CRUEL tendrá muchas cosas por las que responder, incluyendo el
propio pasado de Thomas.
Posiblemente El corredor del
laberinto: las pruebas no supere a su antecesora, principalmente por perder
la originalidad de aquella en favor de una serie de subtramas que nos pueden
recordad a mil películas anteriores, pero saber mezclar en una historia juvenil
secretos empresariales, mundos postapocalípticos, zombies y guerrillas con
rebeldes armados, y hacerlo con efectividad es mérito suficiente para aplaudir
una película que a la postre resulta ser sumamente entretenida.
Repiten actores (junto a O´Brien siguen Kaya Scodelario, Patricia Clarkson, Thomas Brodie-Sangster, Ki Hong
Lee, Dexter Darden y Alexander Flores) y director, a los que se añaden Aidan
Gillen (el popular Meñique de Juego de
Tronos), Barry Pepper y Lili Taylor, así como los menos conocidos Jacob
Lofland, Rosa Salazar y Giancarlo Esposito .
A poco que se cumplan las expectativas el año que viene se cerrará una saga
que puede convertirse en una pequeña joyita dentro del cine de entretenimiento,
sin pretender ilustrar con grandes discursos revolucionarios como en los casos
de las obras de Suzanne Collins o Veronica Roth, sino limitándose a ofrecer un
relato de secretos y supervivencia muy interesante y fresco.
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