viernes, 11 de septiembre de 2015

ANACLETO, AGENTE SECRETO (7d10)

Dicen los más alarmistas que estamos en una burbuja de cine de superhéroes que va a terminar explotándonos en la cara a los más fieles seguidores del comic. Independientemente de que pueda estar de acuerdo con ello o no (en breve, el comentario del mes sobre el tema) lo cierto es que con tantas películas inspiradas en héroes del comic nuestro cine no podía quedar fuera de la moda.
Dejando de lado esa cosa llamada Capitán Trueno, las incursiones recientes en adaptaciones del papel patrio (todas ellas de la mano de la extinga Editorial Bruguera) han cosechado éxitos de crítica y taquilla, tanto la tronchante versión animada de Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo como Zipi y Zape y el Club de la Canica de la que ya se prepara secuela. Por tanto, y en espera a que llegue alguna vez la eternamente anunciada Super López, no es de extrañar que Anacleto, agente secreto haya supuesto una fuerte inversión, casi una superproducción confiada a las manos de un director tan solvente como Javier Ruiz Caldera, realizador firmante de algunas de las más divertidas comedias de los últimos tiempos pero que ha sabido entremezclar diversos géneros con eficacia, desde la parodia pura de Spanish movie, la fantasía de Promoción Fantasma o el romanticismo de Tres bodas de más. Así que, ¿Por qué no iba a ser una comedia de acción su nueva película?
Basada en el célebre personaje creado por Vázquez (aprovecho para recomendar la biografía homónima del dibujante al que dio vida Santiago Segura), Anacleto, agente secreto cuenta las desventuras de un implacable espía al que los años comienzan a pesarle y que, tras la fuga de prisión de su más psicótico enemigo, deberá hacer todo lo posible para proteger la vida de su único hijo, un desastroso vigilante de una tienda de electrodomésticos que no tiene ni la más remota idea de a lo que se dedica su padre.
Ruiz Caldera sabe moverse como pez en el agua en los momentos más delirantes el film, consiguiendo sacar todo el talento interpretativo de un cómico como Berto Romero, el partenier perfecto para Anacleto (tanto padre como hijo) así como de Alexandra Jiménez, sus dos actores fetiches (ambos aparecen en tres de las cuatro películas del director), resultando también muy efectivo en los momentos más adrenalíticos, con peleas bien filmadas y perfectamente coreografiadas y sin que le tiemble el pulso ante el mayor presupuesto de su carrera.
Pero si algo hay que destacar de Anacleto, agente secreto, es el trabajo de los dos protagonistas: un Imanol Arias al que casi habíamos perdido la pista en cine (y no todo va a ser Cuéntame, ¿no?) y un Quim Gutierrez que poco a poco está convirtiéndose en un referente indispensable de la comedia nacional. Se suele decir que Carlos Areces (que interpreta al villano de turno) se suele comer con patatas a sus compañeros de plano, pero en este caso tanto Imanol como Quim logran sobrevivir a este robaescenas, consiguiendo el primero un interpretación tan estimulante que ya hay quien lo da como favorito para los Goyas de este año.
Anacleto, agente secreto es divertida, emocionante, surrealista, violenta, sarcástica y frenética, con efectos especiales de gran factura, no dando respiro al espectador y ofreciendo sus buenas cuotas de sangre como si advirtiesen de que, entre chiste y chiste, la cosa va en serio. Este James Bond crepuscular es fiel al icono visual del tebeo, con su traje con pajarita, su tupé (ahora blanqueado por las canas), su cigarrillo y su frase lapidaria: Anacleto nunca falla, pero pese a ello hay algo que debo reprocharle y es que no termino de ver reflejado al Anacleto de las historietas, mucho más torpe y desastroso. Este Anacleto es un tipo frío, calculador y despiadado y su violenta efectividad casa me hace pensar más en una adaptación española del Harry Tasker que protagonizó Schwarzenegger en Mentiras Arriesgadas de James Cameron que en el compañero de desventuras de Mortadelo y Filemón del papel, donde nuestro héroe no tenía, por descontado, hijo alguno. Claro que a lo mejor eso se debe a que no hemos visto aún al verdadero Anacleto, ¿no? Y cuando vean la película entenderán de lo que hablo.
En fin, en un año plagado de espías (Kingsman: servicio secreto, Espías, Misión Imposible: nación secreta, Operación U.N.C.L.E. y pronto Spectre, ¿y nadie habla de la burbuja del cine de espionaje?) nuestro agente más eficaz ha querido unirse a la fiesta. Y todos los invitados lo han disfrutado.
Y digo yo: ya que estamos con la moda esa (¡qué pesadito estoy hoy con eso de las burbujas!) de los Universos Compartidos, cuando se haga por fin Super López, ¿no podríamos ver juntos en pantalla a Anacleto, Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape y Super López? Sería la repanocha.
¡Generación Bruguera al poder!

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