domingo, 13 de diciembre de 2015

BARCELONA, NIT D'HIVERN (8d10)

La primera consecuencia del inminente estreno de Star Wars: El poder de la fuerza es que todo el calendario de estrenos va a ser redefinido en función de la presumiblemente taquillera película de J.J.Abrams. Y ello provoca que algunos de los inevitables títulos con claras connotaciones navideñas se adelanten un poco.
La primera en llegar es la secuela de Barcelona, nit d´estiu (Barcelona, noche de verano), una película pequeñita y de muy bajo presupuesto que supuso el debut en el largometraje de Dani de la Orden y que con un planteamiento totalmente manido pero simpático llegó gozar de cierta popularidad. Ahora, con mucho más dinero y un reparto de más relumbrón llega su secuela, Barcelona, nit d´hivern (Barcelona, noche de invierno), que si no fuese por el juego con respecto a la primera parte (y que invita a pensar en dos posibles secuelas más) bien podría haberse llamado Barcelona, nit de Reis (Barcelona, noche de Reyes).
Efectivamente, toda la acción transcurre alrededor de la noche de Reyes, desde la cabalgata a última hora de la tarde al amanecer del día más esperado por los niños españoles. En este periodo de tiempo De la orden y sus guionistas crean una serie de historias románticas y emotivas que, de una manera u otra, terminarán entrecruzándose unas con otras tal y como ya sucedía en la primera película. Un estilo narrativo, este de las historias entrecruzadas, que bien podría recordarnos a clásicos como Vidas Cruzadas de Robert Altman o el Pulp Fiction de Tarantino, pero cuyo referente más vidente (por el tono de comedia romántica navideña) es Love Actually de Richard Curtis.
Y es que Barcelona, nit d´hivern es una gran oda a las comedias románticas, con mucho más humor que en la primera propuesta veraniega pero también con más emotividad, más sentimiento. Historias tan dispares como el “Rey Mago” que salta de su carroza para buscar a un antiguo amor entre la muchedumbre, la mujer que trata de conocer a un abuelo que ni siquiera sabía que tenía una hija, los dos amigos a los que les propinen participar en un trío, la anciana que aprovecha esa señalada noche para confesar a su familia que es lesbiana, los problemas sentimentales de un chico demasiado dado a enamorarse a primera vista o los problemas cotidianos de una pareja cualquiera ante la responsabilidad y el desafío que supone la paternidad. Argumentos muy tópicos en algunos casos y totalmente locos en otros que se contraponen a la perfección y permiten al espectador pasar de la lágrima a la carcajada como si de una montaña rusa emocional se tratase. Pueden apreciarse en el film influencias del humor británico de Mike Newell o el propio Curtis con gamberradas del estilo de los Farrelly e incluso la participación de un monologuísta como David Guapo puede entenderse como el deseo de De la Orden de emular el éxito (inalcanzable, por otro lado) de Dani Rovira en Ocho apellidos vascos/catalanes.
Es fácil (y de eso hablaré en unos días) que cuando se plantean varias historias dentro de una misma película alguna de ellas no termine de conectar con el espectador, haciendo que la película cojee por algún lado. Esto no ocurre, sin embargo, con Barcelona, nit d´hivern, en el que unas tramas podrán gustar más que otras, pero ninguna llega a molestar y forman un conjunto casi inseparable muy redondo.
Con un prólogo dibujado a modo de introducción igual que en Barcelona, nit d’estiu, la película cuenta con un reparto ciertamente notable, que aúna rostros jóvenes muy prometedores (Àlex Monner, Laura de la Isla, Vicky Luengo, Àlex Maruny, etc.) con estrellas ya consagradas (Montserrat Carulla, Asunción Balaguer, Abel Folk, Alberto San Juan, Miki Esparbé, Alexandra Jiménez…) y la presencia, cada vez más inevitable, del gran Berto Romero.
De la Orden compone su aventura fílmica como un gran periplo cíclico con un desenlace decididamente juguetón que sirve como metáfora del resultado final: una película redonda. Con una Barcelona como espectadora de lujo de todas estas historias de amor y desamor, algunas de ellas herederas directas de la primera película, la película logra calar en el espectador, emocionándolo cuando debe e invitándole a pasar un rato fenomenal y muy divertido. Y aunque no hay ningún mensaje político tras ella, el visionado en su versión original invita a reflexionar sobra la realidad que se vive hoy en día en Catalunya, con una dualidad lingüística mucho más en comunión de lo que muchos (los unos y los otros) quieren reconocer.
Habrá que seguir muy de cerca a Dani de la Orden. Sus dos películas (y esta más que nada) se lo merecen. Y eso que yo no soy muy de películas navideñas.

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