Apenas
un mes más tarde del estreno de Batman v.Superman: El amanecer de la Justicia, y con el debate entre sus seguidores
y detractores todavía vigente, nos llega la otra cara de la moneda, la apuesta
de Marvel por reflejarnos el conflicto internos entre los héroes abanderados en
sus días más oscuros.
Como
si de vasos comunicantes se tratara, mientras en Warner intentan poner algo más
de humor en sus producciones (al menos en comparación con la oscuridad de la trilogía
de Nolan y El hombre de acero) en la
acera de enfrente se están poniendo cada vez más serios. Parece inevitable
hacer comparaciones entre ambas compañías, más cuando sus últimas apuestas
parten de la misma base (un conflicto entre dos grandes héroes que termina en
una lucha sin cuartel debido a las manipulaciones del villano de turno), pero
aunque parece innegable que en Warner tratan de construir su propio universo
mirando de reojo a la competencia en Marvel tienen los cimientos bien
construidos y no se preocupan más que por seguir adelante por su propio camino.
Efectivamente, Capitán América: Civil War (una
película tan impresionante que podría ser el colofón de cualquier saga pero que
sin embargo no es más que la primera piedra de la fase tres que culminará con La guerra del Infinito) es la lógica
consecuencia de los hechos descritos en
Capitán América: El Soldado de Invierno y Los Vengadores: la era de Ultrón.
Tras
el impecable trabajo realizado por Joss Whedon, los hermanos Anthony y Joe Russo
se han coronado como los grandes constructores de Marvel tomando el relevo del
neoyorquino. Después de los acontecimientos vistos en películas anteriores en
las ciudades de Nueva York, Washington y, sobre todo, en la nación de Sokovia,
las muertes de inocentes pesan sobre las conciencias de los Vengadores y el
gobierno decide tomar cartas en el asunto. Los tratados de Sokovia son un
acuerdo por el cual el equipo pasará a ser un grupo gubernamental, pero ello
significaría regirse por los intereses particulares de una entidad concreta,
algo que va contra los ideales que siempre ha defendido Steve Rogers.
Durante
toda la saga las diferencias entre Iron Man y el Capitán América han sido
recurrentes, pero será ahora cuando sus posiciones serán más enfrentadas,
obligando al resto de héroes a tomar partido por uno de los dos.
Los
Russo han creado una historia compleja e inteligente, con un villano de gran
nivel sin necesidad de grandes artificios ni mascaradas de opereta, y que sin
pretender buscar un debate profundo y pretensioso sí invita a posicionarse en
favor de uno u otro bando. Necesariamente alejada de su contrapartida en los
comics, Civil War es una película
donde se refleja el peor momento de los superhéroes, en la que se crearán
diferencias irreconciliables y para la que no puede haber vencedores, sólo
derrotados.
Los
Russo consiguen además dos grandes méritos: por un lado manejar un reparto
impresionantemente extenso sin que se les escape de las manos, con momentos de
brillo para cada uno de los personajes pero sin olvidar que en todo momento es
el Capitán América y solo él quien está en el centro de la historia (junto a su
relación con Iron Man por un lado y con el Soldado de Invierno por otro),
mientras que por otro consiguen presentar nuevos personajes con coherencia y
eficacia.
Tenemos aquí a Pantera Negra y al nuevo Spiderman brillando con luz
propia, provocando aplausos en la gradería, y
de los que, sin perder más tiempo del necesario, se cuenta lo justo para entender los
personajes y sus motivaciones.
Todo
ello, con escenas espectacularmente bien filmadas, quizá no tan plásticas como
las de Whedon pero con grandes coreografías, creíbles y sin la sobrecarga de
CGI que amenazan con deformar películas similares.
Todo
en Civil War rezuma grandeza. Hay mil
guiños para los fans que no entorpecen al argumento para los profanos, tiene el
toque justo de humor, la grandeza de Spider-man (y el cachondeo autoreferencial
con tía May), una sorpresa enorme, apuntes para posibles romances futuros, el
recuerdo justo y necesario a los ausentes y, sobre todo, dolor, mucho dolor.
Y
aunque pueda parecer un tópico, en este caso no lo es: a partir de ahora las
cosas ya no volverán a ser iguales.
Posiblemente,
la mejor película de superhéroes hecha hasta la fecha. No es perfecta, como
ninguna película lo es, pero difícilmente puede mejorarse.
Pura
grandeza…
Valoración:
Nueve y medio sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario