Dirigida por Joe Wright, autor de grandes títulos como Orgullo y prejuicio, Expiación: más allá de la pasión, Anna Karenina o la reciente El instante más oscuro (pero también responsable de algún tropiezo como Pan: viaje a Nunca Jamás, La mujer en la ventana se presenta como una revisión de La ventana indiscreta con reflejos de La chica del tren.
Anna
Fox (contenida Amy Adams) no está postrada en una silla de ruedas, como James
Stewart, pero una reciente agorafobia la tiene encerrada en su apartamento,
condenada a vigilar de manera casi enfermiza a sus vecinos hasta presenciar el
asesinato de una mujer, aunque la negación de su propia familia y sus excesos
con el alcohol y los medicamentos propicia que la policía no la tomé demasiado
en serio.
Aunque
los parecidos con el film de Hitchcock son innegables, desde el primer momento
se intuye que Wright está interesado en otros asuntos, dejando la propia
agorafobia en segundo plano (nada que ver, a nivel argumental, con, por
ejemplo, Copycat). Él prefiere
centrarse en ese descenso a los infiernos de la protagonista, plasmando sus
intenciones en la puesta en escena y jugando, de paso, con referencias al cine
de terror giallo y otros homenajes
más o menos evidentes.
Sin
embargo, el jugar las cartas del narrador poco fiable (nunca se sabe a ciencia
cierta lo que es realidad o falso) le dan un aire tramposo que termina por
provocar el desinterés en el espectador. El tono gaillo invita, además, a confundir ciertos recursos con escenas
torpes y mal planificada, lo que sumado a la sensación de desaprovechamiento de
un interesante reparto (por ahí andan también Gary Oldman, Julianne Moore,
Jennifer Jason Leigh, Wyatt Russell o Anthony Mackie) dotan a la película de
una cierta desidia. No estamos ante un telefilm de sobremesa, cono ha sido
definida por ahí, pero tampoco se queda demasiado lejos.
En
fin, un tropiezo, a mi entender, de Wright, que no logra transmitir lo que
pretende, aunque es justo señalar que es de esas películas que otros podrían
ver como una genialidad difícil de apreciar por el espectador medio.
Ahí
es donde posiblemente me encuentre yo, por lo que no puedo alabar la obra del
director como en otras ocasiones. Y no es porque la Adams no se esfuerce, pero…
Valoración:
Cinco sobre diez.
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