Perece
que últimamente en España se está apostando mucho por la comedia blanca, y si
es con Karra Elejalde, mejor. Y está muy de moda, también, eso de utilizar
frases hechas como título, como ya pasara con Señor, dame paciencia, Tenemos que hablar, Es por tu bien o esta
Que baje Dios y lo vea.
Además,
para seguir con las coincidencias, esta comedia tiene un trasfondo religioso,
tal y como sucediera con uno de los grandes éxitos patrios del año pasado, La llamada, con la que, curiosamente,
comparte protagonista: Macarena Gómez.
Que baje Dios y lo vea, con Alain Hernández como protagonista, cuenta como
un monasterio está a punto de ser vendido para construir un equipamiento
turístico en su lugar y deciden apuntarse, con la llegada de un nuevo y
“rebelde” padre, al campeonato futbolístico de la Champios Clerum como única
salida para evitar el desastre.
Aunque
es cierto que la Champios Clerum existe realmente, dudo mucho que su
funcionamiento se parezca lo más mínimo a lo que muestra la película, que no
deja de ser, en su argumento, un completo disparate. Nada de lo que sucede
tiene el más mínimo sentido, limitándose a unir gags con más o menos gracia en
pos de unos personajes demasiados arquetípicos y cuya principal inspiración
consiste en convertir en bufón de la corte al rapero reconvertido en actor
Langui.
Mi
problema con la película no es la poca lógica de su argumento, ya que estamos
ante una comedia absurda y todo se le podría perdonar. Mi problema es que no me
reí más que en contadas ocasiones. La película es simpática, sí, y se deja ver
con agrado, pero no va más allá, resultándome demasiado floja en su apuesta y
nada sorprendente en sus conclusiones.
Sin
embargo, a sabidas cuentas de los tiempos en que vivimos y de la falta que hay
de valores, el estar tan cargada de buenas intenciones y pretender dar, por una
vez, una imagen positiva de la Fe, es suficiente para mí como para que merezca
al menos un aprobado. No es gran cosa, lo sé, pero tampoco es que haya
encontrado mucho más en lo que rascar, encontrando desaprovechadas las
presencias tan magnéticas de Alain Hernández o Macarena García, limitándose
Karra Elejalde a repetir el mismo papel de siempre y siendo Tito Valverde, en
su pequeña aportación, de lo mejorcito del film.
Valoración:
Cinco sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario