viernes, 12 de enero de 2018

QUE BAJE DIOS Y LO VEA

Perece que últimamente en España se está apostando mucho por la comedia blanca, y si es con Karra Elejalde, mejor. Y está muy de moda, también, eso de utilizar frases hechas como título, como ya pasara con Señor, dame paciencia, Tenemos que hablar, Es por tu bien o esta Que baje Dios y lo vea.
Además, para seguir con las coincidencias, esta comedia tiene un trasfondo religioso, tal y como sucediera con uno de los grandes éxitos patrios del año pasado, La llamada, con la que, curiosamente, comparte protagonista: Macarena Gómez.
Que baje Dios y lo vea, con Alain Hernández como protagonista, cuenta como un monasterio está a punto de ser vendido para construir un equipamiento turístico en su lugar y deciden apuntarse, con la llegada de un nuevo y “rebelde” padre, al campeonato futbolístico de la Champios Clerum como única salida para evitar el desastre.
Aunque es cierto que la Champios Clerum existe realmente, dudo mucho que su funcionamiento se parezca lo más mínimo a lo que muestra la película, que no deja de ser, en su argumento, un completo disparate. Nada de lo que sucede tiene el más mínimo sentido, limitándose a unir gags con más o menos gracia en pos de unos personajes demasiados arquetípicos y cuya principal inspiración consiste en convertir en bufón de la corte al rapero reconvertido en actor Langui.
Mi problema con la película no es la poca lógica de su argumento, ya que estamos ante una comedia absurda y todo se le podría perdonar. Mi problema es que no me reí más que en contadas ocasiones. La película es simpática, sí, y se deja ver con agrado, pero no va más allá, resultándome demasiado floja en su apuesta y nada sorprendente en sus conclusiones.
Sin embargo, a sabidas cuentas de los tiempos en que vivimos y de la falta que hay de valores, el estar tan cargada de buenas intenciones y pretender dar, por una vez, una imagen positiva de la Fe, es suficiente para mí como para que merezca al menos un aprobado. No es gran cosa, lo sé, pero tampoco es que haya encontrado mucho más en lo que rascar, encontrando desaprovechadas las presencias tan magnéticas de Alain Hernández o Macarena García, limitándose Karra Elejalde a repetir el mismo papel de siempre y siendo Tito Valverde, en su pequeña aportación, de lo mejorcito del film.

Valoración: Cinco sobre diez.

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