Space Force llegaba como uno de los estrenos fuertes de la temporada en Netflix. Y la presencia de Steve Carrell como creador y protagonista hacía que no fuera para menos. A bote pronto, se podría pensar que se trataba de la respuesta a la Avenue 5 de HBO, pero a la hora de la verdad sus diferencias son abismales.
Es
cierto que ambas son comedias de apenas media hora sobre la conquista del espacio,
pero sin la protagonizada por Hugh Laurie es un despiporre demencial y absurdo
sobre un crucero Inter espacial donde todos parecen competir por ver quien es
más inepto, en la serie que nos ocupa nos encontramos con un condecorado
general que debe liderar el proyecto de colonizar la luna. Aunque habrá que ver
hasta donde se atreven a llegar en la supuesta segunda temporada, esta primera
es mucho más «terrenal» de lo esperado, con un trasfondo familiar y unas
reflexiones sobre la familia y la amistad que provocan que sea bastante más
seria de lo esperado.
Steve
Carrell es un gran actor, y ya ha demostrado en numerosas ocasiones que se
encuentra tan cómodo en la comedia como en el drama, pero en esta ocasión uno
desearía haberse encontrado con su vertiente más histriónica. La serie resulta
entretenida, y su metraje la hacen perfecta para devorarla en un par de tardes,
pero uno la termina quedándose con la sensación de que esperaba haberse podido
reír más.
Y
es que la diversión, cuando aspira a trascender, a veces amenaza con aguar la
función.
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