martes, 29 de octubre de 2013

CUERPOS ESPECIALES (5d10)

Sandra Bullock es una de esas actrices que no engañan. De acuerdo, tiene un Oscar y de vez en cuando se saca de la manga una interpretación sobria y comedida como la de Gravity, que si no le consigue el doblete al menos la meterá en la terma de candidatas a la estatuilla dorada. Pero, por lo general, no engaña. Sabe lo suficiente del negocio de Hollywood como para entender que el prestigio no da de comer, por lo que no tiene reparo alguno en caer una y otra vez en comedias facilonas y cargadas de estereotipos que es lo que realmente se le da bien.
Por muchos premios que pueda llegar a ganar en su carrera nunca será reconocida como una gran actriz, pero gracias a títulos como este sí puede presumir de ser una de las más taquilleras y mejor pagadas (sobre todo desde que julia Roberts parece peleada con su representante). Así, Cuerpos especiales sigue la línea de Miss Agente Especial  y su secuela explotando la vis cómica de la actriz y coqueteando con la acción, recordando que los comienzos de Bullock fueron con títulos como Demolition man o Speed. Si además comparte protagonismo con Melissa McCarthy (más desagradable y vulgar aún que en Por la cara), no tendremos la menor duda del sabor que tendrá esta receta.
El director, por cierto, es Paul Feig, que aparte de labrarse una carrera en televisión dio el pelotazo hace un par de años con La boda de mi mejor amiga, también con McCarthy en el reparto, así que imaginen por dónde van los tiros…
Bullock interpreta a Ashburn, una brillante agente especial del FBI totalmente incapaz de relacionarse con sus semejantes (si recuerdan su papel en La Proposición entenderán perfectamente los matices del personaje), que para conseguir un merecido ascenso deberá trabar codo con codo con una estrafalaria y totalmente anárquica policía de pueblo, Mullins (McCarthy). El choque cultural, social y profesional está servido y ambas se odiarán a muerte hasta comprender que son las únicas amigas que pueden permitirse.
Del resto del argumento poco hay que explicar, ya que importa más la relación entre ellas dos que el caso en sí, y los mejores gags de la función se reparten entre ellas dos, ya que en el fondo se trata de una buddy movie con un descarado aroma ochentero (bonito, aunque rozando la exageración, el homenaje en los títulos de crédito, en el que ellas dos se limitan a repetir sus tics más aplaudidos una y otra vez.
Pulula por ahí alguna cara conocida, como Demian Bichir, que en breve estrenará Machete Kills, Marlon Wayans, que aquí parece un actor y todo, lejos del histrionismo que mostraba en la saga Scary Movie, o Jane Curtin (inolvidable Allie de la serie Katie y Allie o la doctora Mary de Cosas de Marcianos), pero lo mismo podría salir el mismísimo Obama que nada ni nadie iba a hacer sombra a Bullock y McCarthy.
El resultado es una película que no por tópica deja de ser entretenida, con algún momento divertido y donde lo más incómodo de ver es el rostro estirado y artificial de Sandra Bullock, impoluta si hablamos de arrugas pero con serias dificultades para conseguir gesticular lo más mínimo.

Desde luego, no se le puede pedir más a la película, ya que ofrece lo que promete. Es poco, sí, pero sincero.

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