Runner, runner es una de esas películas que llegan con mucho ruido,
prometiendo el oro y el moro y cubiertas por un bonito papel de regalo que si
bien invita a pensar que esconde algo maravilloso realmente no permite ver de qué
se trata.
Justin
Timberlake (ese cantante metido a actor que solo destaca por saber colarse en
proyectos ya interesantes por si solos –como Ciudad sin ley, donde secundaba a Kevin Spacey y Morgan
Freeman, o La Red Social, en la que estaba de paso- pero sin fuerza para
sostener películas en las que todo el peso interpretativo cae sobre sus
espaldas, caso de In time o Bad Teacher) interpreta a Richie Furst,
un pijito que vive sobretodo de las apuestas por Internet y pierde todo su
dinero en una partida de póker on-line. Convencido de que ha sido timado se va
a Puerto Rico (insisto, ha perdido todo su dinero, pero no tiene problemas para
pagar un billete de avión y un hotel, ¿me lo explican?) a verse con el que
parte el bacalao en esos temas, un tal Ivan Block interpretado por Ben Affleck
(sí, sí, el tío a que todo el mundo odia por internet por su interpretación de
Batman aun antes de haberse iniciado siquiera el rodaje), con el simple
objetivo de echárselo en cara. Y aquí debería acabar la película sino fuese
porque al Block este le cae en gracia el pardillo y lo convierte en su mano
derecha, instalándolo en un lujoso hotel y haciéndolo millonario. Y el pardillo
no solo se lo traga sino que encima trata de levantarle a la chica, una Gemma
Artenton que pasa toda la película con la misma expresión, pese a que la propia
CIA (representada por el agente Shavers, interpretado por Anthony Mackie, de
actualidad también por Dolor y Dinero)
le avisa de que Block no es trigo limpio.
Pero
no se equivoquen, no por previsible y tópica la película de Brad Furman merece
ser suspendida. Superado el desconcierto inicial por culpa del high que la
antecedía, y conscientes ya de que no estamos ante una obra maestra, la
película es agradable de ver, permitiéndonos disfrutar de secuencias
interesantes y un relativo suspense que termina dejando un buen sabor de boca.
Entretenida
sin pretensiones, Runner runner es un
buen pasatiempo. Pedirle más sería equivocarse.
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