Pese
a lo increíblemente buena que fue la primera temporada de la serie de Daredevil de Netflix, la que abría un
nuevo universo compartido Marvel (independiente, aunque en la misma realidad
que las producciones cinematográficas), el resto de las series relacionadas han
ido evidenciando un claro declive hasta culminar en la muy mediocre Iron Fist. Esto hacía que uno se
planteara con mucho temor la unión de los cuatro héroes de la casa (a los
mencionados hay que añadir a Jessica
Jones y Luke Cage) en la serie
estrella de este verano (Juego de Tronos
aparte): The Defenders (qué manía les
ha dado con lo de no traducir los nombres).
Al
pensar en The Defenders y recordar
que se trata de la unión de varios héroes a los que hemos conocido ya por
separado, las comparaciones con sus homólogos cinematográficos, Los Vengadores, resultan inevitables. Y
no, The Defenders no son esa absoluta
maravilla que fue la película de Joss Whedon ni se acerca siquiera a las
excelencias de aquella. Esta esta serie muy lejos de la perfección, aunque, eso
sí, consigue superar el nivel de sus últimos precedentes. Con ella, Netflix
realza el vuelo y supera las decepciones que supusieron Luke Cage y, sobre todo, Iron
Fist, pero sigue por debajo de Daredevil
y Jessica Jones.
The Defenders tienen dos objetivos a cumplir: unir a los cuatro
personajes en cuestión con gracia y salero y ofrecer una trama interesante. Con
respecto a lo primero, cumple bastante bien. Ya habíamos visto juntos en acción
a Luke y Jessica, y sorprende como la detective se compenetra con el diablo de
la Cocina del Infierno.
También es buena la química entre Luke y Danny, con
varios guiños a lo que se podría llegar a ver en el futuro (o no), ya que hay
que recordar que este par hicieron pareja en el comic bajo el nombre de Héroes de Alquiler, siendo allí grandes
amigos. En Netflix han cuidado mucho las personalidades y subtramas de cada
personaje, lo que ha provocado un arranque de serie algo lento pero muy
acertado, colocando a cada peón en su lugar correspondiente del tablero. Quien
chirríe un poco, quizá, son los secundarios, en especial un Foggie Nelson y una
Karen Page que están ahí porque deben estarlo, sin aportar nada realmente
interesante, y lo mismo sucede con Trish Walker o Malcolm Ducasse, los
secundarios de Jessica Jones. Por su lado, lo de la Claire Temple omnipresente
ya satura un poco, e incluso sorprende la absoluta falta de empatía con Matt
Murdock tras lo visto en la primera temporada de su serie. Sí cuentan con
suficiente protagonismo, sin embargo, Collen Wing y Misty Knigth, anticipado
que podría haber planes interesantes para ellas en el futuro.
Respecto
al segundo objetivo, el argumento, es donde flojea más la serie. Puede que el
error sea dotar a Iron Fist de una importancia mayor que al resto de héroes, a
habida cuentas de que su serie no gustó a casi nadie. Aquí es el centro de todo
y aunque el personaje esté mejor tratado que en su aventura individual, sigue sin
funcionar por completo. Además, tener a La Mano como villanos es algo
repetitivo y, al final, no terminan resultando una amenaza tan grande como se
quiere pretender. En realidad, son temibles porque se pasan toda la película
diciéndote que son temibles, no porque lo demuestren realmente. Si a eso le
sumas que las coreografías de las peleas siguen sin ser demasiado buenas,
tenemos un puñado de enfrentamientos que no logran imprimir un ritmo
trepidante, siendo casi más interesantes las escenas de diálogos que las de
acción. Además, Alexandra, magníficamente interpretada por Sigmouney Weaver, va
de más a menos, decepcionando ese giro final que revela que no es, en realidad,
la gran villana que nos habían prometido, aunque quien ocupa su lugar cumpla
con las exigencias y sitúe a Daredevil en el lugar que le corresponde con
respecto a sus aliados.
Con
todo, la serie resulta entretenida, y sus ocho episodios impiden que se alargue
en exceso y llegue a resultar cansina. Hay una buena interacción entre los
héroes, se mantiene fiel el espíritu de sus series individuales y deja
interesantes puertas abiertas para lo que tiene que llegar en el futuro.
Aunque, eso sí, como ya deja bien clara la escena/tráiler postcréditos, ahora
toca dar un leve descanso a estos Defenders
para ceder el protagonismo a Punisher, lo cual invita a pensar en más violencia
callejera y menos ninjas.
Distraída,
imprescindible para fans de los comics y esperanzadora, pero no absolutamente brillante.
Seguiremos atentos a nuestras pantallas.
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