domingo, 20 de mayo de 2018

VERDAD O RETO


Seguramente todos hemos participado alguna vez en el juego de Verdad o Reto (que en mi caso era denominado Verdad o Acción), incluso con alguna de sus variantes, ya sea añadiendo una tercera opción en forma de beso o incluyendo castigos en forma de pérdida de una prenda de vestir o un trago de cualquier mejunje alcohólico en caso de no superar un desafío. La típica chorrada de adolescente en plena ebullición de hormonas que solo tienen en sus mentes eso de sexo, alcohol y.… más sexo y alcohol.
Verdad o reto es la versión macabra del juego surgida por las mentes de Blumhouse, productora acostumbrada a conseguir éxitos de terror con muy poco presupuesto pero que últimamente parece algo falta de imaginación, limitándose a dar una vuelta retorcida a conceptos de sobras conocidos. La película Adivina quién viene esta noche fue el referente de Déjame salir y Atrapado en el tiempo el de Feliz día de tu muerte. Y ahora le toca al jueguecito de marras, aunque la gran inspiración cabe encontrarla en una película a priori de semejantes aspiraciones, pero a la postre muy superior: Destino final.
Aquí los protagonistas no son adolescentes en la edad del pavo, como sería lógico, sino jovenzuelos en edad de empezar a pensar en sentar la cabeza en lugar de estas tonterías, todos ellos y ellas muy guapos, eso sí, que en unas vacaciones en México se topan con un espíritu maligno con muchas ganas de cachondeo que los condena a una maldición que los obligará a jugar a la tontería esta con resultados muy macabros.
No es, en realidad, una película de terror, ya que, de miedo, na de na. Tampoco funciona como drama adolescente. De hecho, no funciona como nada, más allá de la curiosidad por saber cómo se desenvuelven los protagonistas moninos y quién va a lograr sobrevivir y cómo. Y por eso, la jugada final y el simpático detalle visual que deforma a los personajes en el momento cumbre de la posesión es de lo poco que salva una película que más que mala es completamente plana, simple y poco ambiciosa.
En el fondo, Verdad o Reto puede verse sin que ofenda demasiado, la cámara está siempre colocada en su lugar y los presuntos actores no dan mucho el cante, pero poco hay donde rascar que despierte algo de verdadero interés en el invento este. Y eso que el director, Jeff Wadlow, parecía haber entrado en la liga de los chicos grandes tras haberse encargado de dirigir la secuela de Kick-Ass.
No llega a aburrir, pero resulta totalmente intrascendente.

Valoración: Cinco sobre diez.

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