sábado, 5 de mayo de 2018

7 DÍAS EN ENTEBBE

Dirigida por José Padilha, 7 días en Entebbe es una recreación del secuestro de un avión de pasajeros francés procedente de Tel Aviv por parte de un grupo revolucionario palestino y las negociaciones entre estos y las Fuerzas de Defensa de Israel durante la semana que los 248 pasajeros permanecieron como rehenes en el aeropuerto de Entebbe, en Uganda.
Padilha, que se dio a conocer con Tropa de élite y su secuela, ya dejaba intuir en esos primeros trabajos que bajo el aparente interés por hacer un cine con cierto tono social, lo que más le interesaba era realizar películas de acción, algo que se confirmó con la decepcionante revisión de RoboCop, donde apenas dejó entrever nada del cinismo y la mala baba que tenía el original de Verhoeven. En 7 días en Entebbe le pasa un poco lo mismo, que se deja llevar por la historia del secuestro, siendo funcional y rítmico en lo que respecta a la intriga del secuestro (al menos no hay el relleno aburrido y totalmente carente de interés que tenía 15:17, tren a París, de Clint Eastwood) pero que se queda muy corta a la hora de retratar la situación política y social que envolvían al asunto.
No profundiza, por ejemplo, en las motivaciones que llevan a dos alemanes (eficientes Daniel Brühl y Rosamund Pike) a participar en el secuestro (apenas se intuye), mientras que las relaciones entre Shimon Peres y Yitzhak Rabin merecían muchos más minutos de metraje.
7 días en Entebbe se puede apreciar, por tanto, como una historieta de acción más, de la que no sacar ninguna reflexión e ignorando su realidad histórica, pero que para poder ser mínimamente comprendida requiere de unos conocimientos previos del espectador. Esto se demuestra también con la atención que Padilha pone sobre uno de los soldados participantes en la operación de rescate y su relación con su novia bailarina, que no viene a cuento y ralentiza la historia, aunque sirve como excusa para que Padilha intercale en los momentos del clímax final escenas de danza que, si bien tienen una potente musicalidad que ayuda a aumentar la tensión, parecen esconder algún tipo de metáfora que no se termina de comprender.
7 días en Entebbe es, en fin, una película que se deja ver, entretenida y, para los que no sepan nada de los hechos reales, algo instructiva, pero que no llega a ser el documento histórico que pretende y cuyo mayor logro es invitar a espectador a investigar por su cuenta sobre el conflicto palestino-israelí.

Valoración: Cinco sobre diez.

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