Después de haber visto la curiosa I am mother, se me ocurrió buscar en esa especie de cajón de sastre que es Netflix en busca de algún producto similar y me encontré con Tau, una película a la que seguí la pista en su momento pero que terminó cayendo en el olvido en mi interminable lista de favoritos.
No es Tau una película especialmente original, pues la reflexión sobre el uso de la inteligencia artificial que contiene evoca inevitablemente al Hal de 2001, Odisea en el espacio, mientras que el encierro de la protagonista recuerda también al que sufría Domhnall Gleeson en la estimulante Ex_machina.
Sin embargo, tras un comienzo interesante donde se nos presentan las habilidades de la protagonista, correcta Maika Monroe, para ganarse la vida antes de ser secuestrada y sometida a un extraño experimento. Es a partir de entonces cuando, viendo los esfuerzos por conseguir un toque visual impactante e hipnótico, da la sensación de que el director Federico d’Alessandro, responsable del departamento artístico de un buen puñado de películas del MCU pero que debuta aquí como director, parece más interesado en la puesta en escena que en la propia historia.
Al final, todo termina por recaer en lo previsible. Un malo muy malo con aspecto de científico loco cuyas motivaciones nunca son bien explicadas (y tampoco es que el trabajo de Ed Skrein ayude demasiado), una casa inteligente regida por una IA llamada Tau y unas conversaciones bastante planas entre la protagonista y la IA acerca de lo que significa la humanidad y que despierta la curiosidad en el ordenador hasta el punto de ser capaz de traicionar a su propia programación.
Cierto es que, hacia el final, la película intenta remontar gracias al elemento de intriga y la mínima espectacularidad que su reducido presupuesto le permite (ahí se explican algunas deficiencias como un androide bélico excesivamente digital), pero aunque la simpatía que la Monroe pueda despertar en el espectador hacen que uno se interese por ver cómo consigue salir de la situación, lo cierto es que el aburrimiento se ha extendido por la mayoría del metraje, provocando que el resultado final termine siendo decepcionante.
Demasiados peros para un film que busca tener un pinto de trascendencia y no consigue pasar del entretenimiento más simple y limitado.
Valoración: Cinco sobre diez.
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