viernes, 8 de abril de 2022

Visto en Netflix: HOY SE ARREGLA EL MUNDO

Hoy se arregla el mundo, dirigida por Ariel Winograd, es una dramedia argentina a mayor gloria de Leonardo Sbaraglia en la que un padre despreocupado y ajeno a la vida de su hijo descubre, tras la muerte de la madre, que en realidad no es suyo.

En un momento complicado de su carrera profesional (el programa televisivo que produce, el mismo que da título a la película, está en sus horas más bajas, David, que es como se llama el hombre, decidirá ayudar al chaval de nueve años a descubrir quién es su verdadero padre, contando para ello con la ayuda de la mejor amiga de la fallecida.

Tiros a ciegas, conversación es de WhatsApp y eventos de Facebook compondrán la algo chapucera investigación, la cual servirá, en realidad, para forjar un vínculo que nunca había existido entre el falso padre y el niño, dotando a la película de un tono reflexivo alrededor de si las relaciones paterno-filiares vienen dadas por la consanguinidad o el apego.

Hoy se arregla el mundo es una película simpática, sin más pretensiones que alabar la unidad familiar y el amor, que no ahonda demasiado en el drama, pudiéndose ver con una sonrisa, que pese a que prácticamente telegrafía desde el principio el desenlace tampoco cae en el tópico absoluto (me alegra especialmente que la relación romántica que se apunta nunca llegue a cuajar, al menos no en pantalla), teniendo como punto fuerte la unión entre Sbaraglia y el debutante Benjamín Otero.

Con algo de acidez en su burla a ciertos programas televisivos, el film es tierno y amable, una propuesta que sin ser nada del oro mundo que merezca ser recordada con mucha insistencia en el futuro, compone un buen ejemplo de cine familiar con la dosis justa de moralina.

 

Valoración: Seis sobre diez.

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