lunes, 23 de junio de 2014

NO HAY DOS SIN TRES (3d10)

Es esta una película que bien debería mostrarse en las escuelas de cine para explicar la diferencia básica entre argumento y guion.
Me explico. Aun sin ser exageradamente original, la historia de tres mujeres engañadas por el mismo hombre que se alían contra él hasta llegar a convertirse en amigas es una buena idea como base para una comedia gamberra alrededor de la eterna y efectiva guerra de sexos.

Ese sería un buen argumento.
Pero luego alguien escribe el guion. Y esa idea llena de posibilidades acaba repleta de situaciones estúpidas, gags previsibles y sobreactuaciones imposibles que convierten la película de Nick Cassavetes en un despropósito total sin ninguna gracia y menos sentido aún.
Protagonizada por un trío imposible de amigas: Cameron Diaz (haciendo lo mismo de siempre, pero cada vez más mayorcita y, por lo tanto, menos creíble para estos papeles), Leslie Mann (que se pasa la película llorando y exagerando sus emociones hasta alcanzar la vergüenza ajena) y Kate Upton (esta ni es actriz, por más que el director se empeñe en insistir en los dos grandes argumentos que la muchacha ofrece para merecerse el papel) y el guaperas Nikolaj Coster-Waldau (este sí es buen actor, hasta que le toca profundizar en su vis cómica –léase la escena en el baño y el clímax final- en el que, simplemente, hace el ridículo), la película está repleta de situaciones desaprovechadas y unos personajes que nadie se ha molestado en trabajar, posiblemente porque de haberlo hecho se encontrarían con que nada de sus reacciones son creíbles.
Soy consciente de que esto es una peliculilla tonta para lucimiento de las féminas protagonistas y poco más, por lo que no voy a exigir una comedia ácida y punzante como podría firmar Billy Wilder o Woody Allen, pero siendo el director el hijo del gran John Cassavetes y recordando como apuntaba maneras en El diario de Noa, uno esperaba cuanto menos una comedia con algo de gracia. Pero no. Nada hace gracia en esta patochada estúpida y desgarbada en lo que el único punto simpático (al menos para los que vivimos la televisión de los años ochenta) es la participación de Don Jonhson, que simplemente pasa por ahí pero eso le basta para ser de lo mejorcito de la función.
Y si creen que exagero, busquen cualquier escena en la que aparece la… (me niego a definirla) Nicki Minaj. Pretender que esta chica interprete y nos la creamos es la prueba suficiente para entender el nivel de basura que nos quieren vender.
Con películas como esta echo de menos incluso a zafios como Judd Apatow o a cualquiera de sus becarios.


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