El
pasado mes de marzo escribí un artículo en el que valoraba muy a grandes rasgos
lo que había sido el cine de superhéroes hasta la fecha con motivo a la gran
cantidad de películas que se esperaban para este año, lo que suponía un verdadero
duelo entre compañías y productoras.
Aunque
todavía tenemos pendientes dos películas (y a priori muy interesantes) como son
Suicide Squad y Doctor Strange, los dos platos fuertes ya han sido servidos y
degustados. Dos películas, una de Marvel/Disney y la otra de DC/Warner que
simbolizan muy bien lo que está sucediendo al otro lado de las pantallas. Dos
películas “bélicas” sobre la titánica lucha entre dos colosos, tanto en la
ficción como en la realidad. Y todo parecía suponer que la película vencedora
de esa batalla sería también la que propiciara la victoria final en la guerra.
En la de este año, al menos.
Me
refiero a dos películas con una temática tan similar que, si hubiesen estado
más distanciadas en el tiempo, casi se podría haber insinuado que una se
hubiese inspirado en otra. Pero ya sabemos lo que son las superproducciones de
Hollywood, que precisan de una preproducción de muchos meses en los que no
caben ciertas improvisaciones de última hora. Se trata de un caso similar al
que vivimos hace unos años con Objetivo:La Casa Blanca y Asalto al poder.
Porque sí, más allá de las bases argumentales (que al fin y al cabo ya formaban
parte de las sagas originales del comic que adaptan), Batman v. Superman y Capitán América: Civil War tienen una serie de puntos en común que resultan, cuanto
menos, curiosos.
Pongámonos
en situación: En ambos casos estamos ante una película en la que dos grandes
héroes se enfrentan entre ellos por sus diferencias ideológicas, aunque luego
resulta que de fondo hay un villano manipulándolos y dirigiéndolos. Un villano,
por cierto, sin ningún tipo de superpoder más que su propio ingenio y
resentimiento. Ambas tienen un final amargo, para nada acorde con las películas
de super héroes, y sirven como excusa para presentarnos a nuevos personajes que
en breve tendrán película propia. Incluso en ambos casos se utiliza la figura
de la madre de uno de ellos como motor argumental (aunque con diferentes
resultados).
Visto
esto, las comparaciones entre ambas resultan inevitables. Y dada la importancia
que cada film va a tener de cara al futuro de sus productoras, creo que es
interesante llevar esa comparativa al extremo y analizar las coincidencias para
dictar un veredicto a favor de una u otra. Una comparativa que, desde luego,
estará cargada de spoilers, como no podría
ser de otra manera. Al fin y al cabo, el tiempo que ha pasado desde el estreno
de ambas lo justifica, creo yo.
Los
que me conozcáis superficialmente podríais poner en duda que mi imparcialidadsea total, no en vano me confieso un Marvel Zombie, pero creo poder presumir de
objetivo con sólo recordaros mi pésima valoración a 4 Fantásticos o mi reacción tibia a la reciente X-Men: Apocalipsis, mientras que
confieso mi admiración por el Superman
de Donner y me emocioné con la traslación a imagen real de Batman que hizo Tim Burton allá por los años noventa.
De
todas formas, creo que este análisis debería interesar más a los aficionados al
cine más alejados del mundo del comic que a los verdaderos fans, los cuales ya
habrán sacado sus propias conclusiones (y he oído alegatos defensivos a favor
de una u otra verdaderamente apasionados, por no decir radicales).
En
cuestión de números la cosa está clara. Capitán
América: Civil War ha ganado claramente. Siendo este su tercer fin de
semana desde su estreno internacional (y tan solo el segundo de su estreno en
Estados Unidos) ya ha superado la barrera de los mil millones, teniendo aún
algo de recorrido para aumentar esa cifra. Batman
v. Superman, sin embargo, se ha quedado en unos nada despreciables ochocientos
setenta y un millones, que sin ser moco de pavo está muy por debajo de las
expectativas que tenían sus productores. Se trata de un fenómeno similar al que
sucediera con Spiderman 3 (esta sí
arrasó en taquilla pero dejó unas sensaciones que provocaron la salida de Sam
Raimi de la saga y el consabido reboot) y, más concretamente, con The Amazing Spiderman 2, el poder de Electro,
cuyos resultados fueron más catastróficos (de nuevo los números fueron buenos,
pero no lo esperado) y provocaron la cancelación de los contratos del director
y protagonista y la liquidación de una saga con tramas inconclusas.
Las
primeras reacciones no han tardado en llegar: Zack Sneider en entredicho (dicen
las malas lenguas que no ha caído de la silla de director de La Liga de la Justicia, parte uno porque
no había tiempo material para buscarle sustituto; ya veremos qué pasa con la
Parte Dos) y Ben Affleck (el gran triunfador de Batman v. Superman) ascendido a capitoste creativo (aparte de
dirigir y guionizar The Batman
también está ahora en tareas de producción y su presencia en Suicide Squad parece haber incrementado
a última hora) y la creación de una productora derivada de Warner, DC Films,
que, a imagen y semejanza de Marvel Studios, tenga el control creativo de las
películas. Es decir, han aprendido de la competencia y sus películas la harán
gente que sepa de comics, no de números. Además, se insinúan bailes de
directores y deserciones en algún spin off como The Flash (y ya veremos qué pasa con Aquaman) y o mucho cambia la cosa o me atrevería a apostar a que
nunca veremos una película de Cyborg en solitario. Ya veremos…
Pero,
¿qué pasa con el cine? ¿De verdad son tan diferentes Batman v. Superman y Capitán
América: Civil War para haber provocado este cataclismo y estos debates tan
intensos en las redes sociales? Pues desde mi personal punto de vista, sí. Ya
analicé en su momento los motivos por los que creía que el film de Snyder
fallaba, y mi opinión de la película de los Russo no pudo ser más elogiosa,
pero sin las analizamos en conjunto la propuesta de DC cae aún más abajo, hasta
el punto de que, de haberse estrenado con posterioridad a la de Marvel, dudo
que hubiese llegado a merecer el simple aprobado por mi parte. Hasta tal punto
ambas compañías son vasos comunicantes y lo que una haga afecta a la otra.
Warner
se ha distinguido por querer diferenciarse siempre al máximo de las películas
de Disney, prescindiendo de su sentido del humor y dotándolas de una oscuridad
que han tomado por bandera. Imagino que el fracaso de Green Lantern y el éxito de la trilogía de Nolan habrán influido
mucho en ello. En Marvel, sin embargo, se han atrevido a acercarse cuando
convenía a esa oscuridad que otorga seriedad a una película de estas
características sin por ello renunciar a sus señas de identidad. Capitán América: Civil War es la
película más oscura de la saga hasta la fecha, y lo es sin renuncias a sus
momentos de humor y entendiendo que esa oscuridad no debe ser literal. Se puede
dar un tono sombrío a una historia sin necesidad de que todo suceda de noche y
dotando de una insoportable amargura a todos sus personajes.
Tras ver Civil War uno tiene la sensación de
habérselo pasado bien, de que hay muchos momentos de humor y que hay mucha
diversión intercalada con momentos de gran tensión y drama. Sin embargo,
analizando bien a los protagonistas comprobaremos que chistes en boca del
Capitán América hay muy pocos, absolutamente ninguno en el personaje de
T’Challa y que El Soldado de Invierno solo se permite alguna broma cuando, a
raíz de su incipiente amistad con Falcon, empieza a recuperar su humanidad.
Esto es algo que se aprecia más analizando a fondo a Iron Man, sin duda el
personaje que ha tenido mayor evolución a lo largo de toda la saga, y sus
toques de humor son aquí más medidos y, en consonancia con la historia, van de
más a menos. Todo muy coherente si recordamos los síntomas de ansiedad que ya demostraba
en Iron Man 3 y que quedaron en el
olvido (pasaban cosas más importantes) en Los
Vengadores: la era de Ultrón.
Esto
me hace recordar que, es tan redonda la película de los hermano Russo, que una
de las pocas polémicas que ha generado es tan absurda como si el Capitán América
merece formar parte del título o no. A mí me parece que sí, ya que la base de
la historia continúa de los acontecimientos de sus películas, y de lo que va la
historia es del enfrentamiento del Capi con el sistema, del conflicto del Capi
con Iron Man y de la fe del Capi hacia Bucky/el Soldado de Invierno. Lo que
sucede es que son tan autoconcientes de que esta película forma parte de algo
mayor que se puede permitir arrastrar tramas de otros episodios, como es la
relación que se empieza a intuir entre Wanda y Visión. Y es que esto es Capitán América, parte 3, pero también
es Marvel, parte 13. En la acera de
enfrente, sin embargo, el título sí repartía protagonismo, pero solo ahí. La
confusión viene cuando Batman parece acaparar todo y es el que queda en el recuerdo
tras visionar el film cuando el peso argumental, muerte incluida, recae sobre
el papel en Superman. Esto por sí solo ya demuestra que algo no se está
haciendo bien.
Indudablemente,
a estas alturas entrar a valorar el trabajo de Sneyder y los Russo me parece
casi insultante. Mientras el primero parece haber perdido toda la chispa y
talento de sus primera películas (y no me vengan con cuentos de que el problema
es del montaje, ya que un director debe responsabilizarse también de ese
aspecto técnico del film) los dos hermanos le han cogido el pulso al cine de
acción, con escenas espectaculares de grandes coreografías que quizá no sean
tan plásticas visualmente como las de Joss Whedon en las dos Vengadores pero con un ritmo narrativo perfecto.
Incluso el uso de la cámara en mano, nerviosa y algo confusa, de la escena de
los Vengadores contra Crossbones (que en principio podría parecer la peor
filmada) ayuda a crear esa sensación de caos y desconcierto que origina la
catástrofe final.
Pero
quizá lo más inteligente de Capitán
América: Civil War haya que encontrarlo en su villano. Comedido y sin
estridencias, esta versión de Zemo que poco tiene que ver con el de los comics
tiene los mismos propósitos que el Luthor de Eisenberg, solo que él lo sabe
hacer bien. Puede haber algún momento pillado por pinzas (toda película de
superhéroes requiere de algún salto de fe), pero su plan es inteligente y
consecuente con su historia, no como las absurdas ideas de Luthor, sin una
motivación clara y con sensación de terminar improvisando a lo loco.
Aplaudo,
sobretodo, el falso giro final. En Batman
v. Superman se siguen a rajatabla el guion más tópico y previsible de dos
héroes enfrentados que deben unirse en pos de una amenaza mayor. En Capitán América: Civil War todo conduce
al mismo camino, al momento en que el Capi e Iron Man hacen las paces para
enfrentarse a los cinco Soldados de Invierno, en una hipotética batalla espectacular
y destructiva final. Pero no, no va de esto la historia. Los cinco Soldados de
Invierno son sólo un inteligente mcguffin para que el duelo final sea, como
tiene que ser, entre los dos héroes. Y ahora sí que es una pelea brutal y sin
compasión, dolorosa y amarga. Como lo era la de Batman y Superman con la
salvedad de que allí se producía en mitad de la película, dejando para el final
lo peor de la trama, y se solucionaba de manera absurda como buenos
amigos. Me pareció muy valiente por
parte de los guionistas que la escena que todo el mundo esperaba ver, la del
enfrentamiento entre todos los protagonistas en el aeropuerto, sea en mitad del
metraje, como recordándonos que por más espectacular que pueda parecernos, no
es eso lo importante del film. Y por esto, volvemos a lo mismo, esto no es una
peli de Vengadores, sino del Capi.
Y
también eso es lo que justifica que casi todo el humor de la película recaiga
en esa escena. Porque a no ser esto en realidad un enfrentamiento entre héroes
(son solo las circunstancias las que posicionan a cada uno en su bando
correspondiente) no se pretende hacer sangre con el conflicto. A alguno de
ellos, como es el caso de Spiderman u Ojo de Halcón, la cosa ni les va ni les
viene. Precisamente la pugna entre Clint y la Viuda Negra lo define a la
perfección: “¿Aún somos amigos, no?”
le pregunta ella en plena pelea. “Depende
de cuánto me pegues”, responde él. Y la pugna termina con la intromisión de
Wanda, que le recrimina a él que está siendo demasiado blando. Un diálogo que
puede parecer un simple chiste pero que define muy inteligentemente lo que está
sucediendo: una lucha entre gente que no quiere hacerse daño entre sí.
Hablando
de diálogos inteligentes: con qué efectividad se describe la situación de Tony
Stark tras la presentación de su programa de becas. Dos simples frases con su
asistente nos informa de su situación actual, y la conversación posterior en el
ascensor define su último paso evolutivo que lo definirá en esta película.
Y
este es otro aspecto en el que este film prevalece sobre el de Warner: la
motivación de personajes. Aquí se toman su tiempo en definirlos y mostrarnos
sus pensamientos. Tanto es así que conozco gente que al final de la película
defendían a muerte la postura de Stark y odiaban a muerte al Capi, otros que
pensaban justo al contrario y algunos que entendían a ambos y ponía a los altos
estamentos como los malos del conflicto. Y aquí se aprovecha para lanzar un
mensaje de hipocresía ante un gobierno acostumbrado a ejercer de mediador
todopoderoso en todo conflicto que le interese sin tener que justificarse.
No
en vano la imagen de la “cordura y la sensatez” recae en Thunder Ross, el tipo
que arrojó a la Abominación en medio de Nueva York para detener a Hulk. Claro
que cuando argumenta que dos pesos pesados como el propio Hulk y Thor están en
paradero desconocido uno también tiende a comprender su postura. Y en esa
ambigüedad entre quien tiene razón y quien no (al final todos la tienen y todos
se equivocan, incluso con Zemo es fácil empatizar) está el gran acierto.
¿Alguien
sabe realmente porqué se pegan Batman y Superman? ¿No se os ocurre mil formas
de actuar diferentes de cada uno (sobre todo de Superman, que como ya se vio en
El Hombre de Acero, esto de tomar
decisiones bajo presión no es lo suyo) para evitar el conflicto?
Y
sobre las motivaciones y los sentimientos hay también dos escenas muy
definitorias que parecen calcadas aunque digan cosas muy diferentes: Wayne
abrazando a una víctima y mirando al cielo (a Superman) con odio y Stark
abrazando a una víctima y mirando al cielo (a la huida del Capi, pero más allá,
casi al infinito) con angustia y dolor. La primera marca el momento en que
Batman decide que Superman es una amenaza. La segunda refleja cuando Iron Man
se da cuenta de que han cruzado una línea y ya no hay marcha atrás. Chapó para
las dos.
En
fin, que si a alguien no le convence todo lo que estoy diciendo y no comparte
la superioridad de la peli del Capi sobre la de Batman, le daré un último y
definitivo argumento: Spiderman.
Wonder
Woman mola, no diré que no. Y consigue algo parecido a lo que se hace con Black
Panther, que esté deseando ver sus películas cuando a priori no me interesaban
para nada sus personajes (aunque en el caso de la pantera hay un desarrollo de
personaje que te permite conocer lo mínimo sobre él que no sucedía con la
amazona), pero Spiderman… Spiderman es otra cosa.
Admito
que su participación en la trama sea lo más forzado de la película (y la única crítica
real que puedo hacerle al guion), pero está claro que es un caso evidente de
“el fin justifica los medios”. ¿Qué pinta Spidey en medio de este fregado (sobre
todo cuando Stark, que va contrarreloj, se permite viajar de Berlín a Queens
para reclutarlo, le hace un nuevo uniforme y regresa con él a Berlín)?
Absolutamente nada, lo admito. ¡Pero cuanto juego da! Si nos fijamos en la
parte más desenfadada del film Spidey es el verdadero protagonista, robando
escenas a todos los que están a su alrededor y haciéndonos creer que de verdad,
ahora sí, vamos a ver al auténtico Spiderman en cine. Porque si alguno piensa
que su participación es demasiado cómica dejadme que os asegure (y os lo dice
alguien que ha leído absolutamente todo lo que se ha publicado del trepamuros
hasta la fecha) que este sí es el auténtico Spiderman. Absolutamente perfecto
en todos los sentidos, como Peter y como enmascarado. Como habla, cómo se
mueve, cómo lucha… Lo han clavado, en serio.
Y
ofrece otro punto a comparar con Batman
v. Superman: los tráilers. Hasta en eso fallaron en DC, que enseñaron
demasiado sin reservarse ninguna sorpresa para el final. Cierto que a muchos
nos hubiese gustado más ver por primera vez a Spidey en la pantalla de cine,
pero al menos hay que decir que su presencia en el tráiler (y su ausencia en
todos los carteles promocionales) invitaba a pensar que su participación sería
más bien testimonial. Incluso la batalla del aeropuerto se suponía cutre y
pandillera por lo visto antes del estreno.
Hay
en Capitán América: Civil War algunos
detalles que casi parecían dirigidos directamente a la competencia. La perfecta
presentación de Peter Parker sin mencionar a su tío Ben muerto ni usar
flashbacks para contar una historia que todos sabemos y que tampoco es vital
para la historia contrasta con la innecesaria escena inicial de Batman v. Superman reincidiendo en la
muerte de los padres de Bruce Wayne. Una muerte que, por cierto, provoca la
amistad entre los protagonistas por la coincidencia (el truco de guion más
estúpido que he visto nunca en una película seria) de que la madre de ambos se
llamaba Martha. En Civil War, la
muerte de los padres de Stark es, en cambio, lo que provoca las diferencias
irreconciliables al final de todo. Y hay una escena curiosa en la que el Capi y
Falcon interrogan al Soldado de Invierno en la que este, para demostrar que
tiene el control sobre su muerte, explica detalles personales de su pasado con
Steve Rogers. Cuando comienza diciendo: “tu
madre se llamaba Sarah”. Hubo pequeñas risitas en el cine. ¡Menos mal que
no dijo Martha! Y cuando al final de la secuencia Falcon comenta: “¿Dos cosillas y ya nos llevamos guay?”,
¿no os pareció una pulla directa a la peli de Snyder”?
En
fin, estas son mis conclusiones sobre estas dos obras “agermanadas” en su
rivalidad que me apetecía compartir con vosotros. Entiendo que muchos no estéis
de acuerdo con ellas, pero si Capitán
América: Civil War trata sobre el debate y las opiniones contrapuestas, las
críticas de la película deberían seguir el mismo camino, ¿no?
Y
si queréis, ya sabéis, cometarios aquí o en Facebook siempre serán bien
recibidos. En breve llegará Suicide Squad
y un par de meses después Doctor Strange,
pero ya no será lo mismo, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario