American assasin se sitúa en el centro de una fructífera serie de novelas de intriga política del escritor Vince Flynn con Mitch Rapp como protagonista. Aunque la película homónima que ha dirigido Michael se basa directamente en ella, han tomado también elementos de otras obras y han rejuvenecido convenientemente al protagonista para que sirva como carta de presentación ante una supuesta nueva saga de un héroe de acción a la altura de James Bond, Jason Bourne, Ethan Hunt o Jack Ryan.
American Assassin narra la historia de un joven que, tras presenciar como su prometida muere en un atentado terrorista en Ibiza decide entregarse en cuerpo y alma a perseguir y exterminar a todos aquellos activistas radicales que se pongan en su punto de mira. Algo así como un Punisher internacional, para que me entiendan los seguidores de Marvel. Esto llama la atención de Irene Kennedy, subdirectora de la CIA, que ve en él las actitudes necesarias para incorporarlo a un programa de adiestramiento para convertirlo en un súper agente secreto, todo bajo la supervisión del veterano y estricto Stan Hurley. La única pega es que Rapp no parece muy bueno acatando órdenes, confundiendo a menudo el cumplimiento de la misión con su cruzada personal.
Como se puede apreciar, no hay nada que suene a original en la trama. Y tampoco su puesta en escena es nada del otro mundo. Michael Cuesta, del que hace no demasiado pudimos ver Matar al mensajero, se limita a realizar un trabajo correcto, con escenas de acción bien filmadas y que, si bien no quedarán para siempre en nuestra memoria, al menos no molestan.
Quizá el plato fuerte de la película haya que buscarlo en sus protagonistas, con ese duelo entre jóvenes estrellas como son Dylan O’Brien (a punto de culminar la saga de El corredor del laberinto) y Taylor Kitsch (que aún está esperando la gloria que John Carter le negó), aunque cuando realmente se tensa el ambiente es cuando entra en escena Michael Keaton, que tras unos años en el ostracismo parece que el éxito de Birdman lo ha recuperado a lo grande, bastando como prueba su trabajo en Spiderman Homecoming.
Con estos elementos, American Assassin es una película de acción más, con ligeros apuntes políticos, que no parece suficiente para demostrar que merece tener su propia franquicia pero que tampoco llega a aburrir en ningún momento. Es cine de entretenimiento que se deja ver con agrado y al que no se le debe pedir demasiado para que no salten todas las costuras.
American Assassin es, simplemente, más de lo mismo. Pero si ese mismo está bien hecho, tampoco es paras quejase demasiado, ¿no?
Valoración: Seis sobre diez.
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