jueves, 16 de agosto de 2018

SOLO

Hugo Stuven es el director y guionista de Solo, una nueva muestra de cine de supervivencia inspirado en una historia real que ha contado con el propio protagonista como asesor del film.
En esta ocasión, estamos ante la desgracia de un surfista que cae por un acantilado en Fuerteventura y debe sobrevivir 48 horas con la cadera rota y múltiples heridas. Y, una vez más, es una película que invita a reflexionar sobre si el cine debe ser un reflejo de la realidad o apostar mejor por la magia y la fantasía. Hago este planteamiento porque, más allá de la maravillosa fotografía que convierte los paisajes de la isla en un elemento esencial para la historia, la película resulta sumamente aburrida. Tras un arranque que trae a la memoria a 127 horas, para caer luego en la supervivencia marina que tan bien reflejaba Infierno Azul, aunque sin tiburones de por medio. La diferencia es que la película de Jaume Collet-Serra era pura ficción, y podía hacer con el personaje lo que quisiera, y Stuven está atado a una realidad que, bajo mi punto de vista, arranca con un protagonista que no me cae nada bien y cuya desgracia me trae un poco sin cuidado, más cuando sabemos de antemano (la película se narra a modo de flashback) que va a tener un final feliz.
Así, se puede analizar también la diferencia entre realidad y verosimilitud que tan bien analizaba William Goldman en su libro Las aventuras de un guionista en Hollywood. Sin duda todo lo que se detalla en la película es textual con respecto a la epopeya auténtica de Álvaro Vizcaíno, pero reflejado en pantalla, escenas como la de la playa (llena de casualidades, tanto para bien como para mal) rozan casi la parodia.
Stuven, por último, se empeña en dar un trasfondo reflexivo a su obra, de manera que además de la historia de supervivencia tenemos un recorrido emocional por la psique del protagonista (correcto Alain Hernández) que no termina de funcionar demasiado. Son dos caras diferentes de una obra que brilla en el apartado técnico, con una fotografía maravillosa, pero simplona en cuanto a su pretenciosidad moralista.
Y, para colmo, cuenta con una Aura Garrido completamente desaprovechada.
En resumen, de interés para aquellos que se contenten con disfrutar de bellos paisajes o aprecien el valor del sufrimiento, pero muy floja como producto cinematográfico completo.

Valoración: Cuatro sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario