Mike Cahill se dio a conocer en 2011 con la intrigante Otra tierra y pareció confirmar si bien hacer con la ciencia ficción intimista y filosófica en 2014 con Orígenes. Sin embargo, que no haya desterrado nada nuevo desde entonces no parecía buena señal, y su tercera película, distribuida directamente por Amazon Prime, ha supuesto un claro paso atrás en su filmografía.
Cahill sigue fiel a
sus ideas, y Bliss (Felicidad) busca
mezclar la idea de un mundo virtual al más puro estilo Matrix con un punto de psicoanálisis que nunca termina de
funcionar.
Con Owen Wilson y
Salma Hayek como estrellas de la función, Bliss
se presenta como un drama romántico entre un hombre en plena decadencia, tanto
familiar como laboral, y una extraña sin techo que le advierte de que el mundo
en el que viven no es real.
No es ninguna
sorpresa el descubrir que vamos a conocer ambos mundos, real y virtual, sin que
lleguemos a tener claro en ningún momento cual es el auténtico, de manera que
auque la trama pueda enganchar por su interés, ajenas alcanzado el ecuador de
la película nos empezamos a oler la tostada y es fácil intuir que vamos a
terminar el visionado sin ninguna respuesta satisfactoria. Soy consciente,
desde luego, de lo que Cahill nos quiere decir, que no importa si estamos en el
lado correcto, pues la felicidad se encuentra donde uno la quiera tener, pero
para ello usa una historia confusa, con un batiburrillo de conceptos demasiado
torpe, donde hay cabida desde las drogas hasta los elementos propios de
películas de superhéroes, siendo la historia que une a los dos protagonistas la
que más falla. Primero, porque pese al esfuerzo de los actores estos nunca
terminan de estar a la altura del todo. Segundo, porque el desarrollo no está s
suficientemente justificado. Es la vida personal del protagonista la que
delimita esa felicidad que se supone anda buscando, pero nova está claro cuál
de las dos versiones es la que prefiere ni qué le impulsa a cambiar de una a
otra.
En fin, propuesta
interesante en su planteamiento pero no en la ejecución que contiene buenos
detalles visuales y no llega a aburrir, pero deja con una sensación de vacío
bastante insatisfactoria.
Valoración: Cinco
sobre diez.
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