lunes, 1 de febrero de 2021

Visto en Filmin: COSMÉTICA DEL ENEMIGO

Después de películas tan interesantes como Eva o Toro (amén de unos cuantos episodios televisivos y alguna película me menor calado), el director barcelonés Kiké Maíllo se lanza al mercado internacional con la adaptación de la novela de Amélie Nothomb, un texto difícil para trasladar a imágenes por la abundancia de diálogos y subtextos del que Maíllo y sus colaboradores Cristina Clemente y Fernando Navarro saben bien parados.

Cosmética del enemigo narra la historia de un arquitecto de éxito, obsesionado con la perfección, que durante el trayecto en taxi desde una sala de conferencias al aeropuerto de París se verá abordado por una adolescente desconocida que no parará hasta poderle contar su historia.

Durante los dos presuntos actos el ritmo se puede antojar algo lento, aunque el magnético de Athena Strates y la batalla dialéctica son suficientes para mantener al espectador pegado a la pantalla, incapaz de averiguar qué demonios pretende esa aspirante a Lolita con tintes de acosadora verbal.

Consciente Maíllo de la necesidad de huir de la teatralidad en un guión tan cargado de diálogos, la respuesta está en conseguir un nivel visual impecable, convirtiendo al principio aeropuerto en una presencia más, en especial gracias a una maqueta del mismo que ejerce de narrador imprevisto.

Estamos ante una película de intriga desconcertante cuyo verdadero misterio no aporta hasta pasado el ecuador (la desconocida presume desde el primer momento de haber asesinado a alguien, pero a esa alturas cuesta saber lo que hay de verdad o mentira en sus palabras), pero que se digiere con facilidad y cuyo desenlace, por chocante que pueda llegar a ser para algunos, en coherente y bien planteado.

Con tintes de Polanski en su narrativa, Cosmética del enemigo es impecable tanto a nivel visual como narrativo, con una elección de actores muy acertada, donde el único pero es la exigencia de un espectador paciente y reflexivo que se pueda ver tentado a abandonar el film a las primeras de cambio. En este caso, tener paciencia tiene recompensa.

En fin, película intrigante, que obliga a prestar atención especial a los detalles y muy bien resuelta que supone un interesante cambio de rumbo para Maíllo, que no parece dispuesto a dejarse llevar por la dictadura de ningún género en concreto.

 

Valoración: Ocho sobre diez.

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