miércoles, 25 de mayo de 2022

Cine: EL HOMBRE DEL NORTE

Cuando Robert Eggers debutó como director con La Bruja en 2015 ya demostró que no era un director convencional, cosa que se confirmó con la alabada El faro cuatro años más tardes. El suyo es un cine incómodo, inquietante y muy particular que, como su amigo Ari Aster, ha apadrinado un nuevo concepto del cine de terror, alejado de los sustos fáciles y los jumpscares propios del cine de James Blum o el clasicismo estético de James Wan. Quedaba, sin embargo, la duda de saber si tenía la capacidad de sobresalir también lejos de la relativa seguridad que proporciona el cine independiente y lograr atraer al público al mando de una superproducción, y El hombre del norte es su prueba de fuego.

No es que estemos ante una peli Marvel, desde luego, pero el generoso presupuesto de casi cien millones que los de Focus han puesto en sus manos, junto a un casting de verdadero lujo donde además de repetir con Anya Taylor-Joy cuenta con nombres ilustres como Alexander Skarsgård, Nicole Kidman, Ethan Hawke, Willem Dafoe o la cantante Björk (que accedió salir de su retiro para hacer un pequeño pero destacado papel), convierte a El hombre del norte en un proyecto arriesgado que, en los tiempos que corren, se ha traducido en un más que comprensible (aunque injusto) batacazo en taquilla.

El hombre del norte recurre a una leyenda escandinava que ya en su momento dio pie al Hamlet de Shakespeare. Debo confesar que la primera vez que vi el tráiler me sentí poco atraído ante una historia de venganza que, sobre el papel, me parecía demasiado lastrada por el arquetipo: un niño ve masacrar a todo su pueblo y, ya adulto y convertido en un curtido guerrero, emprende su venganza. Esto, por sí mismo, es casa un género propio, pero fue Eggers quien me consiguió picar la curiosidad y, desde luego, su puesta en escena consigue que la experiencia valga totalmente la pena.

No estamos ante una película redonda, y el guion que el propio Eggers firma junto al poeta Sjón habría agradecido un par de pulidos más, de manera que la mezcla entre película histórica (con una ambientación extremadamente realista) casase mejor con los elementos sobrenaturales, casi de terror, de la propuesta, pero el balance final es, desde luego, muy meritorio. No es, sin embargo, una película para todos los gustos, tal y como no lo eran las dos propuestas anteriores de Eggers, y la planificación de la violencia junto a las salidas de tono de ciertos momentos harán huir al espectador más acomodado. Y es que `pese a haber tenido que aceptar ciertas reglas, parece que los de Focus han dado suficiente manga ancha a Eggers para que esta película, pese a las aspiraciones a gran título del año que a priori tenía, siga siendo una película de autor.

El fracaso en taquilla (aunque en España ha funcionado medianamente bien) no parece haber decepcionado mucho a la productora, que se muestran satisfechos con el resultado final, aunque dudo que las aspiraciones de franquicia de las que se hablaban durante la preproducción se mantengan. Como sea, sí merece la pena darle una oportunidad, aunque sea con su próxima llegada al streaming, pese a que ello nos haga perder la magnificencia de la puesta en escena y el desarrollo visual que confieren un aura mágico a la película y revuelve los estómagos con su crudeza despiadada.

 

Valoración: Siete sobre diez.

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