Apenas
tres años después de la adaptación del comic de Warren Ellis a cargo de Robert
Schwentle llega ahora la continuación de RED,
en la que repite todo el equipo original excepto el director (en este caso
ocupa la silla Dean Parisot, cuya mayor gracia fue Dick y Jane, ladrones de risa, una de las comedias más flojas de
Jim Carrey), incorporando además a nuevos invitados a la fiesta.
Y es que eso
es RED 2 (como ya lo era su
antecesora): una fiesta. La excusa para reunir de nuevo a este pintoresco grupo
de espías de la tercera edad (Bruce Willis, John Malkovich y Helen Mirren) es
la información aparecida en Internet de una bomba atómica introducida en los
ochenta en la antigua Unión Soviética. El rumor corre como la pólvora y todo el
mundo quiere descubrir la verdad de la llamada operación Belladona. Todo
contado, naturalmente, con el mismo desquiciante sentido del humor de la
primera parte, consiguiendo así una estimulante y divertida película a la que
se le puede perdonar perfectamente lo absurdo que pueda resultar en ciertos
momentos su trama. Anthony Hopkins y Catherine Zeta-Jones son las nuevas caras
de esta función, aunque podemos reconocer otros rostros secundarios como el del
ninja de GI-Joe (Jong Kun Lee) o el
Dum Dum Dugan del Capitán América,
Neal McDonough, reconocible también por su paso por Mujeres Desesperadas. Diálogos ingeniosos, acción trepidante y,
sobretodo, la química entre Willis y Malkovich son la mejor carta de
presentación de RED 2, en la que ni
siquiera desentona la habitualmente desquiciante Mary-Louise Parker, que
interpreta de nuevo a la sobreprotegida novia de Willis. No vamos a buscar aquí
una profundidad intelectual, ni una reflexión sobre la madurez ni nada
parecido. Debemos tener claro que esto es un simple vehículo al cachondeo
veraniego, una manera genial de pasar la tarde y echarse unas risas en buena
compañía. Cuesta en ocasiones que actores de prestigio den la talla en comedias
(que le pregunten a Nicholson o De Niro), pero cuando se junta tanto talento
por narices debe surgir algo brillante, por más que en sus primeras secuencias
Hopkins parezca un poco perdido.
Eso
sí, como suele suceder con estas fiestas de amigos, estos encuentros de grandes
estrellas que se juntan para discutir quien la tiene más larga, al estilo de la
saga Ocean’s, Los Mercenarios o las próximas Fast
& Furious 7 o Machete Kills,
es mejor quedarnos con el recuerdo de lo bien que lo hemos pasado que tratar de
reflexionar a posteriori sobre lo que acabamos de contemplar, si no queremos
que las carencias que oculta su historia salgan a la luz.
Es
para pasar el rato, y pasarlo muy bien, desde luego, pero poco más. Y es que a mí,
personalmente, ni siquiera la parte más romántica (el desarrollo de la relación
entre Willis y Parker) me molesta, hasta el punto que si me prometen una RED 3 me apunto de inmediato. Y es que, con lo mal que empezó el año, Bruce
Willis sigue siendo el más grande.
La verdad que con tan grandes actores la película prometía más. Cierto es que entretiene pero el guión es ...ufff no tengo palabras. Ni siquiera la actuación de Willis (el mejor con diferencia) la salva de un suspenso.
ResponderEliminarEs la historia de siempre. Una película funciona y tratan de exprimir la vaca sin importar la calidad de la leche...
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