martes, 22 de abril de 2014

THE AMAZING SPIDERMAN 2: EL PODER DE ELECTRO (6d10)

Antes de comenzar esta reseña quiero advertir a los que no me conocéis que soy un gran aficionado de Spiderman. He seguido sus aventuras en comic desde los diez años y he leído prácticamente todo lo que se ha publicado sobre el personaje. Esto puede que me reste algo de imparcialidad a la hora de valorar la película, aunque siempre he pretendido no tener una postura radical al enfrentarme a una adaptación (da igual que sea de un comic, libro, obra de teatro o videojuego), aceptando que cada medio tiene su lenguaje y no se puede trasladar literalmente una historia escrita al cine, conformándome con que sepan mantener la esencia del personaje. La propia Marvel como productora, la autora de las mejores películas de superhéroes (con permiso de Watchmen) hasta la fecha, ha jugado a alternar dos líneas editoriales diferentes (su Universo tradicional y el Ultimate) en su saga de Los Vengadores.
Aun así, hay que reconocer que cuesta distanciarse del producto original y evitar las comparaciones, en las que el cine suele terminar perdiendo.
He querido empezar así mi crítica a la secuela de la innecesaria The amazing Spiderman porque he encontrado posturas muy encontradas en los foros de opinión, que la tildan desde obra maestra hasta despropósito total, una diversidad de opiniones tan contrapuesta que sin duda viene de analizar la película desde la pasión más que desde la objetividad.
Y es que, objetivamente hablando, The amazing Spiderman: el poder de Electro es una película entretenida, trepidante por momentos, emocionante y muy emotiva. Esto es lo que se van a encontrar los que acudan a ella en busca de un blockbuster más, apta para que los niños disfruten con las piruetas en el aire de su superhéroe favorito y con el punto dramático necesario para recordarnos aquello de que el bien debe prevalecer sobre el mal por más sacrificios que se nos exijan para ellos. Ahora bien, quien busque algo más, quien pretenda exigir una calidad superior –tanto en fidelidad comiquera como en simples términos cinematográficos- quizá quede algo desencantado.
The amazing Spiderman: el poder de Electro no es una mala película, pero tiene demasiados momentos irregulares como para considerarla tampoco una gran obra. Cuando hace un par de años Marc Webb fue nombrado para dirigir el precipitado reboot del héroe arácnido (una maniobra forzada por los intereses de Sony de mantener los derechos cinematográficos del personaje), a todos les sorprendió la elección de un realizados cuya única carta de presentación era la interesante comedia romántica (500) días juntos. Viendo The amazing Spiderman: el poder de Electro uno puede llegar a entender parte de esa decisión así como el error que la misma supuso. Y es que The amazing Spiderman: el poder de Electro parece nacer más con el propósito de contarnos un drama con tintes románticos entre un adolescente atormentado y su novia de trágico final (todo conocedor de Spiderman sabe que Gwen debe morir, no avanzaré aquí si lo hace en esta película o en la ya anunciada tercera parte), rodeado de una trama conspiranoia que parece afectar a los padres del protagonista y a la poderosa multinacional Oscorp. Y aquí es donde Webb se mueve como pez en el agua, consiguiendo una innegable química entre Andrew Garfield y Emma Stone que ya hubiesen querido para sí Tobey Maguire y Kirsten Dunst (pese a la inolvidable escena del beso invertido de Spider-man) y momentos dramáticos y de intriga ciertamente bien logrados. El problema deriva cuando Webb recuerda que esto en realidad va de tipos disfrazados dándose de leches y se mete en harina con las escenas de acción, mostrándonos un elenco de villanos sin carisma ni gracia, peleas mal filmadas y una artificiosidad visual exagerada.
La historia arranca como quedó en el anterior episodio, con Peter Parker enamorado de Gwen pese al fantasma del Capitán Stacy apareciéndose por doquier para recordarle que la cosa va a terminar como el rosario de la aurora mientras combate el mal como Spiderman. Así, en una refriega contra un terrorista ruso, es como se cruza con Max Dillon, uno de los personajes más patéticos que se han visto en una pantalla de cine que termina deslumbrado por la figura del héroe hasta el punto de obsesionarse con él de una manera demencial. Como aquí parece que eso de las casualidades son el pan nuestro de cada día, Dillon trabaja en Oscorp, igual que Gwen, que los padres de Peter y de un tal Harry, el mejor amigo de Peter aunque no sabíamos nada de él hasta ahora y no se ven desde hace años. Un accidente convierte a Dillon en un canalizador de la electricidad, dotándolo de un gran poder que hace que se le vaya la pinza y, no tengo muy claro porqué, odiar a Spiderman a muerte. Tras las peleas de turno Harry (hijo de Norman Osborn, creador de Oscorp y uno de los personajes más desaprovechados de la película) se inmiscuye al descubrir que tiene una enfermedad mortal que bien podría curarse con el veneno de araña que dio a Peter sus poderes lo mismo que podría matarlo o hacerle mutar como sucediera en la primera parte con El Lagarto. Y como decía Mayra Gómez Kemp: “hasta aquí puedo leer”.
Aparte de que la casualidad (sí, en el mundo real también existen) hace que parte de la historia recuerde levemente a la reciente (y muy superior) El Capitán américa: El Soldado de Invierno, por aquello de las manipulaciones corporativas, las juntas directivas en contra del presidente de turno e incluso el descubrimiento de laboratorios del pasado ocultos en instalaciones abandonadas, Alex Kurtzman y Roberto Orci (guionistas que nacieron bajo el amparo de J.J.Abrams y que no me han logrado convencer cuando vuelan solos) no consiguen imponer el ritmo correcto a la historia para combinar con acierto la parte intimista con la espectacular, a lo que hay que añadir el desastre total que es Webb en las escenas de acción, abusando indiscriminadamente de la cámara lenta que, en lugar de impactar visualmente como sucedía en Matrix, a la que pretende emular constantemente (incluso Paul W.S.Anderson lo hace mejor) lo que consigue es ralentizar las escenas impidiendo que nos dejemos atrapar por la emoción del momento. Y tampoco es que la elección de los villanos ayude mucho, con un Electro que parece una copia traslucida del Doctor Manhattan de Watchmen (¿alguien me puede explicar de dónde saca los pantalones primero y el uniforme completo después?) y un ¿Duende Verde? que parce a medio maquillar y cuyas motivaciones y odio descarnado hacia Spiderman no logro comprender. Además, si analizamos los combates como tal, ninguno de ellos resulta ser una gran amenaza, por lo que la propia Sony (copiando descaradamente a la Marvel cinematográfica) ha metido con calzador un villano en las sombras que es quien verdaderamente debe suponer la gran amenaza y a quienes no sean seguidores de los comics ya les digo que su identidad resultará ser una decepción.
En el lado positivo debo destacar que Spiderman es más Spiderman que nunca. Su uniforme es el más fiel (y bonito) a los comics de las cinco películas modernas, su personalidad es acorde con el personaje, con esos puntos de humor descarado mientras pelea que tanto echaba de menos en la trilogía de Raimi y sus movimientos son elegantes y acrobáticos, en ocasiones tan espectaculares que ni la torpeza de Webb con la colocación y manejo de la cámara pueden estropear. Este es verdaderamente el Spiderman que todos queríamos ver, Peter convence y Gwen enamora. Y Dane DeHaan está soberbio como Harry. Hay además diversos guiños al fan que podían (o no) ser una pista hacia el futuro de la franquicia, como el rápido vistazo a los tentáculos de Octopus, la presencia off the record de J.J.Jameson, una secretaria interpretada por Felicity Jones llamada Felicia, el personaje que interpreta B.J.Novak o la existencia de lugares como La Bóveda o el Instituto Ravencroft (espantosa, por cierto, la aparición de un caricaturesco y ridículo Ashley Kafka).
¿Conclusión? Bien, pero mal. Mucho mejor que la primera pero muy por debajo del Spider-man y Spider-man 2 de Raimi y con errores que recuerdan al fiasco de Spider-man 3. Gran caracterización de Spiderman, excelente trio protagonista pero malvados de pega. Y un director que no está preparado para una superproducción como debería ser esta.

Una buena película aunque con demasiados peros…

2 comentarios:

  1. Pues a mi realmente me gustó bastante y encuentro acertada tu crítica, exceptuando las partes en las que dices que no te quedan claras las motivaciones de los villanos para odiar a spiderman. Símplemente son los malos y al transformarse pierden la noción del bien y el mal supongo. Y me extraña que no comentes la ridícula transformación de electroque en mi opinión fue lo peor de la película .

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    1. Tienes toda la razón del mundo. Estoy esperando a que pase algo de tiempo y todo el mundo que esté interesado la haya podido ver para escribir otra crítica con spoilers donde analizaré más a fondo lo mejor y lo peor de la peli.

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