martes, 5 de junio de 2018

BASADA EN HECHOS REALES

Roman Polanski se inspira (con ayuda del guionista Olivier Assayas), en la novela de Delphine de Vigan, una curiosa obra de ficción en la que se inspira, sin embargo, en los sentimientos que le produjo su anterior obra, inspirada en un drama personal real.
Con esta base, Polanski construye una película intensa, un cautivador juego psicológico que recuerda en algo al Verhoeven más contenido y a la que el principal reproche que se le puede hacer es la de que parece anclada en el ayer, como si se tratase de un género pasado de moda.
En cierto modo, se podría decir que todo lo visto en Basada en hechos reales sea ya terreno conocido, y que Polanski parece en algún momento filmar con el piloto automático. Sin embargo, los genios siempre sin genios, incluso cuando no lo pretendan, y por eso la película me resultó fascinante y cautivadora, no ya tanto por la intriga asfixiante que supone la relación entre una escritora, Delphine, con su amable, obsesiva e intrusista fan, Elle, sino por el análisis sobre la creación literaria que realiza, la bipolaridad entre el autor y su obra, algo que eché en falta en la reciente El taller de escritura y que aquí cobra vital importancia.
No hay nada excesivamente novedoso por aquí, y la amistad inicial entre ambas mujeres recuerda a la de Mujer blanca soltera busca, hasta que la faceta de admiradora de Elle comienza a rozar la paranoia, como le sucedía a Annie Wilkes en Misery. Sin dejar de lado la obra de Stephen King, el tema de la dualidad del autor (que él mismo sobrellevó con la creación de un alter ego en forma de pseudónimo) se exploraba también en La mitad oscura, aunque con tintes más terroríficos. Polanski reúne todos esos elementos y crea su propia experiencia, una película que resulta claustrofóbica en cuanto a que la propia mente de la escritora forma un bloqueo del que resulta imposible escapar, mientras que el verdadero antagonista de la película, el elemento que la convierte en un film de terror, es esa pantalla en blanco de ordenador, ese cursor que parpadea esperando a que alguien le de vida tecleando las palabras de una nueva novela que nunca parece que vaya a llegar.
Así que sí, puede que Basada en hechos reales sea un Polanski menor, que todo lo que se cuenta lo hayamos visto ya y que incluso en giro final se puede intuir antes de tiempo, pero pese a todo ello, la película logró cautivarme, atrapándome como al aspirante a escritor que soy y arrastrándome por el mundo de tinieblas y miedos por el que la propia Delphine se mueve.

Valoración: Siete sobre diez.

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