lunes, 12 de noviembre de 2018

MILLENNIUM: LO QUE NO TE MATA TE HACE MÁS FUERTE

Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte (que así es como se tituló en España la novela Det som inte dödar oss y que en inglés es The girl in the Spider’s Web), es la nueva adaptación al cine de una obra de la saga Millenium, aunque esta vez no se apoya en los textos de Stieg Larsson, sino de David Lagercrantz, quien se hizo cargo de los personajes tras la muerte de su creador.
Lo primero que se detecta en el film es, precisamente debido al cambio de autor, las notables diferencias entre el personaje protagonista femenino, una Lisbeth Salander convertida ahora en justiciera de la noche en una trama que relega a secundario a su compañero periodista Mikael Blomkvist. Además, durante el visionado hay cierto desconcierto ante la falta de identidad de la película. Después de la trilogía original sueca, no queda muy claro si esta nueva entrega es una secuela directa de Los hombres que no amaban a las mujeres, de David Fincher o si es más bien un reboot. Lo lógico, debido al cambio de actores (y de edades) para los personajes protagonistas, sería pensar eso, pero las constantes referencias al pasado de ambos (como si debiésemos saber ya algo de antemano) y el hecho de que Fincher se mantenga como productor ejecutivo ayuda a ese desconcierto. Afortunadamente, la película es tan endiabladamente entretenida que uno pronto se da cuenta de lo poco que importa ese hecho y se deja llevar por la acción que refleja la pantalla, en contradicción con ese tráiler que se me antojo muy aburrido y que provocó que me apeteciera poco o nada acercarme a ver este film.
En esta ocasión, el elegido para la silla de director ha sido el uruguayo Fede Alvarez, que tras el decepcionante remake de Posesión Infernal y la atractiva (aunque algo irregular) No Respires, está demostrando ir de menos a más y posicionarse con paso firme en Hollywood. Suyo, y de la actriz Claire Foy, son los principales méritos que se puedan encontrar en esta Millennium.
Como ya he dicho, la película es puro entretenimiento, con un empaque visual muy bueno (no es Fincher, eso está claro, pero si nos dejamos de comparar la verdad es que el resultado es más que correcto) y con un ritmo tan acertado que hace que uno ignore las flojezas de su guion. Además, estamos ante una Lisbeth más cercana a una versión femenina de James Bond que al hacker a la que estábamos acostumbrados, y la deconstrucción de su historia, jugando con los fantasmas de su pasado y su propia psique, recuerdan bastante al Skyfall de Sam Mendes, por lo que es una lástima que no hubiese repetido para el papel de Blomkvist Daniel Craig. Sin embargo, por más que se esfuercen en realizar un viaje interno retorcido y enfermizo, el tratamiento de personajes, más allá de la propia Lisbeth, es demasiado superficial, y los excesivos juegos tecnológicos que terminan siendo un deus ex machina para que las cosas sucedan como deben suceder no hacen más que aportar una sensación de inverosimilitud a una trama rebuscada pero, a la vez, muy previsible.
Así, estamos ante una película que gracias a su factura técnica resulta apasionante y muy disfrutable, casi como si Alvarez se estuviese ofreciendo para hacerse cargo de la próxima Misión Imposible, aunque sin en sentido del humor de aquella, pero que no consigue ser tan trascendental como se propone. Esta nueva encarnación de Lisbeth me ha gustado, y espero ansioso que anuncien alguna nueva entrega de la saga (si es que esto es una saga, que ya no lo sé), aunque tampoco creo que los detalles del film vayan a perdurar en mi memoria por mucho tiempo.

Valoración: Siete sobre diez. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario