Nacidos como verdaderos «tocapelotas» en los cortos de animación del Pato Donald, las simpáticas ardillas de Disney llamadas por estas tierras Chip y Chop (Chip & Dale en su versión original) tuvieron su momento de gloria en el mundo del largometraje con Los rescatadores (1977) y Los Rescatadores en Cangurolandia (1990), secuela que coincidiría en el tiempo con la serie de animación de dos temporadas de Los guardianes rescatadores.
En
un ejercicio de metacine bastante divertido, en Chip y Chop: los Guardianes Rescatadores, en su versión de 2022,
tenemos a las traviesas ardillitas de regreso para descubrir su «historia real», es decir, cómo son tras las
cámaras y qué les sucedió tras el éxito de la serie de animación.
Sí,
efectivamente, estoy hablando de ellas como si de actores reales se tratase, y
es que a eso juega esta divertida comedia que es una cara B nada disimulada del
clásico ¿Quién engañó a Roger Rabitt?
y que recupera la efímera moda de mezclar personajes reales con animación que
nació con el film de Zemeckis (aunque ya había algún ejemplo anterior, como Pedro y el dragón Elliot, que volvió a
probar suerte con su remake Peter y el dragón), y que falleció con la espantosa Cool Word, aunque el recurso se ha seguido utilizando
esporádicamente.
En
la nueva propuesta, dirigida por Akiva Schaffer, se nos cuenta como la serie
fue cancelada tras esa segunda temporada cuando Chop aceptó un papel
protagonista en su propio programa, queriendo huir del estigma de ser el
tontorrón de los dos y rompiendo así una amistad de años con Chip. Con el paso
del tiempo, Chip se ha retirado de la interpretación y sobrevive vendiendo
seguros mientras que Chop se dedica a recorrer diferentes Comic Com para aferrarse a sus años de gloria. Pero la desaparición
de varios personajes de animación, entre los que se incluye uno de sus
compañeros de reparto de Los Guardianes
Rescatadores, provoca que vuelvan a hacer equipo para emular en la vida
real a sus personajes ficticios y resolver el misterio tras los secuestros.
La
película cuenta con un humor bastante inteligente, llena de puñaladas al
mundillo del cine pero sin ser un simple repertorio de gags autoreferenciales
sin sentido, que la hacen más disfrutable incluso para un público adulto que
para uno infantil, el cual no se va a enterar de la misa la mitad. Así,
podríamos definir a Los Guardianes
Rescatadores en las antípodas de las soserías de la franquicia de Space Jam, la otra gran compañía que ha
apostado por la mezcla de animación y live
action sin demasiada fortuna.
El
retorno de Chip y Chop al cine debería haber sido por la puerta grande, de no
ser porque estamos ante otra de las apuestas de Disney que va directa a su plataforma, impidiéndonos disfrutar de
una animación valiente, una mezcla muy efectiva de estilos y un espectáculo tan
divertido que ha resultado ser toda una sorpresa. Quizá no llegue a la altura
del film de Roger Rabbit, debido a las ataduras que al final todo film Disney tiene, pero eso no impide que
estemos hablando de una gran película que nadie debería perderse.
Valoración:
Ocho sobre diez.
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