Desaparecida sin rastro, dirigida por Brian Goodman, tiene un título en español tan ridículo como aburrido, que rememora a los clásicos films de sobremesa de Antena3 los domingos. Y, de hecho, de eso mismo se trataría si no contase en su epato con Jaimie Alexander y su protagonista sea el mismísimo Gerard Butler.
De
Butler uno se lo puede esperar ya todo, desde comedias románticas más o menos
resultonas hasta productos de acción de testosterona masculina(como la saga Fallen) pasando por bodrios
inconsistentes como aquella cosa de Geostorm,
pero por desgracia para él son películas de medio pelo como esta que nos ocupa
la que mejor define su carrera en los últimos años.
Desaparecida
sin rastro cuenta la historia de una mujer que desaparece en una gasolinera
ante la desesperación de su marido en vísperas de un proceso de separación.
Pese a lo evidente del secuestro, el guion deambulará entre investigaciones
torpes de la policial sospechas recaídas sobre el propio marido y,
evidentemente, la decisión de este de apañárselas por su cuenta hasta hallar
una especie de campamento a lo Charles Mason donde se precipita el desenlace
final.
Con
semejante argumento no vale la pena incidir demasiado en lo tópico de su guion,
haciendo que la película nos remita a mil situaciones familiares y sin que en ningún
momento haya el menor giro de guion capaz de inquietar o desconcertar lo más
mínimo. Ni siquiera la limitada capacidad actoral de Butler se exprime aquí al
máximo, demostrando que se trata de otro caso más de trabajo alimenticio para pagar
la hipoteca más que otra cosa.
Sin
embargo, hay que reconocerle también que, pese a lo previsible que es, no aburre en ningún
momento, consiguiendo, de alguna forma, enganchar al espectador y mantenerlo
atento a los acontecimientos. Es poco a lo que rascar, pero suficiente para un
público conformista al que nunca se pretende engañar. Es un Butler menor, y
quien se espere algo diferente a lo obtenido es que andaba muy perdido.
Como
reflexión final, cabe preguntarse hacia dónde va dirigido el cine actual. Sin
duda esta película habría sido un fracaso total de haber pasado por cines, pero
su estreno en Amazon la ha convertido en una de las propuestas más vistas en
España. Es un mérito efímero, pero mérito al fin y al cabo, que nos invita a
pensar en el panorama cinematográfico actual.
Valoración:
Cinco sobre diez.
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