miércoles, 29 de julio de 2015

ELIMINADO (6d10)

Posiblemente los lectores habituales de este Blog sabéis de sobra lo que opino sobre la de películas terror modernas, tonterías rodadas con cuatro duros y tres sustos con el único fin de ganar dinero fácil y firmadas por incompetentes que utilizan la excusa de la cámara en mano para ocultar sus evidentes carencias.
Sin embargo, debo reconocer que la premisa de esta película me ha sorprendido gratamente, consiguiendo de la forma más sencilla y absurda del mundo mantenerme enganchado durante su escasa hora y media de metraje.
Dos son las cualidades principales de este ¿film? ¿experimento? que me han inclinado favorablemente a su aceptación:
En primer lugar tenemos su formato. Cuando parecía que lo único que se sabía hacer era imitar el truco de El proyecto de la Bruja de Blair (y salvo el dúo Balagueró/Plaza pocos son los que lo han sabido hacer de forma meritoria), abusando de la cámara en mano, el estilo falso documental o incluso el plano fijo (cuánto daño al cine ha hecho Paranormal Activity) llegan estos tipos llamados Levan Gabriadze (director, mejor no busquéis su filmografía u os entrar la risa) y Nelson Greaves (guionista, esté ni tiene filmografía) y se inventan este nuevo formato. Eliminado no es, en el fondo, una película. Es, simplemente, el escritorio de un ordenador donde vemos únicamente las diversas ventanas que la protagonista va abriendo, cerrando, minimizando... Como si nosotros mismos estuviésemos en el lugar del personaje manejando nuestro propio ordenador. Más empatía con un protagonista es imposible
Vale, quizá esto no sea totalmente nuevo. Algo parecido hizo ya Nacho Villalongo en Open Windows, pero su exceso de ambición diferencia claramente su película de esta. Allí había cambios de escenarios, persecuciones, incendios... Y todo visto desde una pantalla de ordenador. Un ejercicio de malabarismos tan espectacular como complicado, por lo que pese a lo meritorio del tema era casi imposible no cometer errores o caer en situaciones absurdas. Aquí, sin embargo, las pretensiones son tan sencillas, es todo tan limitado, que se consigue una simpleza que termina por beneficiar a la obra. Este es un caso claro de que a veces, menos es más.
La trama gira alrededor de cinco amigos que se juntan para charlar por vídeo chat como cualquier otra noche. Pero es una noche especial. El aniversario de la muerte de una chica a la que conocían que se suicidó como consecuencia de la humillación sufrida por un vídeo que alguien subió de ella a la red. Algo que, por desgracia, es más frecuente de lo que nos podemos imaginar. Alguien más se une a la conversación, un usuario anónimo a quien no pueden eliminar y que envía mensajes a los chicos desde las cuentas de correo y de Facebook de la fallecida. Comienza así una espiral de desconcierto y miedo que terminará en un baño de sangre.
Y llevamos ahí al segundo elemento que me lleva a aplaudir la película. Su realismo.
De acuerdo, sé lo que estáis pensando. Esto, en el fondo, es una película de fantasmas y ya han aparecido expertos informáticos por ahí diciendo que hay cosillas en esta peli que no son reales. ¡Pues claro! Es una peli de miedo. El salto de fe hay que hacerlo sí o sí. Pero lo que cuenta, por muy fantástico que sea, lo hace de una forma muy coherente. No son cuatro descerebrados de hormonas alteradas metiéndose en lugares siniestros y abandonados. Son unos chicos normales y corrientes, con quienes cualquiera se podría identificar, conversando desde la seguridad de sus casas.
Además de ser una crítica (muy velada, no diré que no) a los peligros de Internet y al uso indiscriminado e irresponsable de las redes sociales me parece un análisis psicológico muy interesante sobre la amistad y el instinto de supervivencia. Si se tratase de un proyecto más "serio" y no una peli de terror de bajo (bajísimo) presupuesto sin duda serviría para detenerse a reflexionar sobre hasta dónde se puede uno llegar a sacrificar cuando lo que hay en juego es suficientemente importante, y cómo los secretos que uno guarda consciente de que pueden arruinar vidas salen a flote cuando el miedo, la envidia o los celos son sentimientos más dominantes que la amistad o la lealtad.
O quizá simplemente es que la peli me pilló en un día bueno (y justo después de ver la basura de Rey Gitano, que todo cuenta).
En fin, que quizá no sea una película maravillosa y revolucionaria, pero a mi logro interesarme con muy poquitos argumentos, demostrando que con algo de imaginación y un poco de honestidad también se pueden hacer bien las cosas, aun cuando el presupuesto sea limitado. Y como a los actores apenas se les ve, si son muy limitados  (poco conocidos, desde luego) pues ni nos enteramos.
Y una mención especial merece el trabajo de traducción en español, que se han dedicado a trasladar a nuestro idioma cualquier texto que aparecía en pantalla, ya sean enlaces de publicidad o parrafadas que sólo permanecían en plano un segundo escaso. Felicidades por el esfuerzo.
Lo que sí me da miedo de verdad es que la película funcione en taquilla y todo el mundo empiece a copiar este formato. Me lo veo venir...

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