Voy
a empezar mi comentario confesándoos una cosa. No he visto Airbag. Puede que sea la única persona de mi generación que no la
haya visto (y reconozco que es una deuda pendiente que tengo), por lo que no
voy a poder hacer las comparaciones obligadas entre este título y aquella
comedia de culto gamberra y taquillera que quizá no sea la mejor película de
Juanma Bajo Ulloa, pero sí la más exitosa.
Y
digo esto porque desde la propia campaña de promoción se han asegurado de que
todo el mundo que se sienta atraído por Rey
Gitano lo haga teniendo la referencia de Airbag en la memoria. Y ya de entrada, que un film se promocione
mediante paralelismos con una película de hace ya dieciocho años no es que sea
un buen presagio. Claro que una vez visto el tráiler, pocas ganas quedaban de
ver la peli por sus propios (y dudosos) méritos.
El
caso es que, puestos a comparar, se podría decir que Rey Gitano combina la esencia de dos investigadores a cual más
cafre dignos del mismísimo Ibáñez y los dejes malolientes y de dudoso gusto de
los Torrente de Segura. Pero mientras
que el dúo formado por Karra Alejaldre y Manuel Marquiña (sin llegar a ser Mortadelo y Filemón) son de lo poco
salvable de la película (junto, quizá, a María León, que aunque continúe
interpretando siempre al mismo personaje al menos logra que este siga teniendo
algo de frescura y espontaneidad), las comparaciones con la creación de
Santiago Segura (por cierto, presente en la película, aunque no en los
créditos) son muy perjudiciales. Y es que, independientemente de que a cada uno
pueda gustarle más o menos (ya se sabe que Torrente despierta amor y odio por
igual) no se le puede negar a Santiago Segura una especie de genialidad única y muy particular.
Más
allá de que uno pueda entrar o no en el humor zafio y escatológico o que
alguien pueda sentirse ofendido por la falta de respeto y la burla hacia la
Casa Real el verdadero problema de Rey
Gitano es que es una comedia que no consigue hacer reír en ningún momento.
Quitando un par de secuencias concretas y algún diálogo acertado entre
Alejandre y Marquiña, el resto es sencillamente espantoso, demostrando que
Juanma Bajo Ulloa (director, guionista y productor) está en momentos muy bajos,
y que ese retorno a la comedia no va a ser, ni mucho menos, un camino de rosas.
Quizá tendría que haber sido más descarado todavía y haber apostado directamente
por un Airbag 2.
Resumiendo,
la película es mala, desagradable, absurda y zafia, sin apenas chistes que
merezcan ser celebrados y un guion ridículo, tanto en su concepción como en su
narración, llenos de errores de continuidad y con escenas (una persecución en
coches, por ejemplo) rematadamente mal filmadas. Bajo Ulloa ha pretendido hacer
una sátira sobre la España actual, pero ha caído en el esperpento más
bochornoso, con momentos de vergüenza ajena e interpretaciones (desde el
“gitano” Arturo Valls hasta la otrora gran Rosa María Sardà, aunque si debemos
analizar a los actores no hay ninguno salvo los tres nombrados que merezcan el
más mínimo perdón) horrendas.
Rey Gitano es un despropósito de principio a fin, y la lástima
que se pudiera sentir por los calvarios que ha sufrido el realizador para
conseguir llevar a buen puerto su película parecen ahora una cuestión de
justicia divina.
Quizá
podría incluso rebajarme al mismo nivel de Juanma Bajo Ulloa y decir que su
película es, simple y llanamente, una mierda. Lo creáis o no, de eso va la
trama, de una mierda… real.
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