Hace un par de meses dediqué mi comentario a analizar el precio de las
entradas del cine, cansado de escuchar cono amigos míos defienden la piratería
con la excusa de lo caro que es. Allí deje constancia de que todo es relativo,
y lo que nos pueda parecer caro resulta barato si lo comparamos con otras
actividades culturales o de ocio.
Hoy, sin embargo, quiero reflexionar sobre el precio de una entrada de
cine comparándola con otra entrada de cine.
Me explico. Dándole vueltas al asunto he llegado a una conclusión que
permitiría abaratar el precio de las entradas. De algunas de ellas, al menos.
Naturalmente, se trata de una utopía imposible de llevar a la práctica, pero ahí va mi idea: Pagar en función de la película.
No podemos valorar su calidad, eso está claro. Que una película sea
buena o mala es algo demasiado subjetivo para dejarlo en manos de los
distribuidores. Ni siquiera el hecho de que ganen o sean nominadas al Oscar
serviría como referencia, y como prueba baste ver cuantas películas con premio
no consiguen ser estrenadas en España. , al menos, no como deberían estrenarse.
Pero yo me pregunto... ¿y si las valoramos por su presupuesto? El
dinero que cuesta rodar una película no es sinónimo de calidad tampoco, desde
luego, pero ¿qué duda cabe que cuanto más se gasten en la producción más vamos
puede ofrecer una película?
Pondré un ejemplo muy reciente y que es el título que me dio la idea
para este comentario: Eliminado.
La película de Levan Gabriadze que comenté hace un par de días tiene una
duración de 82 minutos y un presupuesto, según Box Office Mojo de un millón de
dólares. El film me agradó bastante, como ya sabéis, pero eso se debe en parte
a que pago una tarifa plana por ir al cine. Es decir, que me cuesta lo mismo a
final de mes ver Eliminado o
saltarmela. Sentados unas filas por delante de mi había unos chicos que salían
despotricando de la película. Y no porque no les hubiera gustado, sino porque
consideraban que los nueve euros que habían pagado por la entrada eran
excesivos por estar mirando una pantalla de ordenador menos de una hora y
media. Y no les faltaba razón.
Así que mi razonamiento es: ¿no sería coherente pagar menos dinero por
una película barata y más por una cara? Insisto, la calidad de un guion o unas
interpretaciones no la hace el dinero, pero está claro que una súper producción
como Jurassic World o los Vengadores va a tener una serie de
alicientes, por lo menos visuales, que no podemos encontrar en una película
pequeña de corte independiente.
Creo que una solución así no afectaría a las grandes productores, que
mantendrían sus precios y, por lo tanto, a su público, mientras que podría
beneficiar a esas pequeñas joyas independientes que muchas veces caen en el
olvido de salas marginales de la periferia o condenadas a la exclusividad de la
versión original que, con la excusa de las entradas más baratas podrían ganarse
el derecho de una mejor distribución. Al final, el aumento de espectadores
compensaría la rebaja de precio y daría, además, la oportunidad a que
profesionales de calidad pero sin nombre pudiesen ser más reconocidos por el
público más generalista.
A alguien sí perjudicaría esta medida, naturalmente. A esas productores
que se dedican a hacer éxitos prefabricados de infumable calidad (sí, me
refiero a las Paranormal Activity y familia) que son tan baratas que con que la
vean cuatro flipados y sus resignadas novias a precios prohibitivos ya les
basta para triplicar su presupuesto con las ganancias. Pero la verdad, estos
son los que menos me preocupan.
Ya lo he dicho al principio, eso es un castillo en el aire, un órdago
imposible de llevar a cabo pero, ¿de verdad creéis que sería tan mala idea?
Si no, dentro de poco, en lugar de decir si una película nos ha gustado
o no las calificarnos diciendo si merecen que se paguen diez euros por ellas o
no. Ya lo vereis...
No hay comentarios:
Publicar un comentario