Antes de empezar mi comentario quiero dejar claro un tema: la mayoría de
críticas de medios especializados que he escuchado/leído por ahí han puesto
está película a caer de un burro. Pero siendo objetivos, no lo han hecho por su
calidad, sino por el pequeño detalle de ser un remake y perder en comparación
con respecto al original. Soy el primero en criticar ciertos remakes
innecesarios que sabemos de antemano que van a ser inferiores al imitado (me
vienen a las mente casos recientes como RoboCop,
Poltergeist o la polémica que recorre
la red últimamente ante el rumor -desmentido por el propio Zemeckis- de que se
podría estar planeando una nueva saga de Regreso
al futuro). Pero eso tiene cierta lógica cuando
se trata de auténticos
clásicos (nadie en su sano juicio se atrevería a hacer un remake de Casablanca, Gus Van Sant lo intentó con Psicosis y así le fue) o de películas
míticas como las mencionadas. Pero no creo que eso se de en el caso de Plan diabólico, el título del que se
referencia Eternal. La película de
John Frankenheimer es sin duda una gran obra, pero tampoco original, pues se
basaba en una novela de David Ely, así que ¿por qué rasgarse las vestiduras
comparando está peli con una de 1966 que tampoco es que forme parte de la
historia más imprescindible del cine en lugar de disfrutar (o no) del trabajo
de Tarsem Singh por sus propios méritos?
Y el caso es que la película no está nada mal, le pese a quien le pese. No
es magnífica pero logra su propósito de entretener e intrigar durante un buen
rato. Aunque arrastra un problema, eso hay que reconocérselo.
Al crear una historia, ya sea para cine o en novela, es relativamente fácil
hallar una buena idea de base. El problema es saber desarrollarla. Es lo que
pasaba en títulos a priori tan interesantes como La noche de las Bestias (The Purgue) o Tú eres el siguiente, cuyas premisas llamaban mucho la atención
pero terminaban cayendo hacia la rutina a medida que avanzaba el metraje.
Así, el punto de partida es muy interesante. Un acaudalado empresario está
próximo a morir y como medida desesperada para alcanzar la inmortalidad acepta
realizar una intervención médica mediante la cual su conciencia pasará a ocupar
un cuerpo más joven, creado artificialmente en un laboratorio. El problema es
cuando se descubre que el nuevo cuerpo que ocupa no es tan artificial como le
habían asegurado y los recuerdos de su anterior propietario comienza a
mezclarse con los suyos propios. Como podéis ver, ciencia ficción sesuda y con
dilema moral incluido que puede recordarnos a las historias clásicas de Philip
K. Dick. Es una parte de la película, además, protagonizada por el siempre
excelente Ben Kingsley.
Lo que sucede es que una vez descubierto el meollo nuestro protagonista,
ahora interpretado por un correcto pero para nada genial Ryan Reynols, emprende
una carrera contrarreloj por salvar su vida y la de los inocentes que lo
acompañan (no daré más detalles, que para spoilers ya está el tráiler) que
convierten la ciencia ficción del principio en algo anecdótico para convertirse
en una peli de acción más, como si de un film del desaparecido Tony Scott se
tratase. Aunque claro, Singh no es Scott, por desgracia.
Así, la película es correcta y funciona bien si la tomamos como un simple
entretenimiento de acción, con persecuciones intensas bien ejecutadas y algunos
rostros conocidos (Matthew Goode, Natalie Martinez y Victor Garber completan el
quinteto protagonista), aunque puede decepcionar el que no se apostara más por la dualidad interna
del protagonista como se intuía al principio.
Quien quiera
buscar en Eternal algo más, como los
señores a los que me refería al principio, se sentirán defraudados. Estafados
incluso. Los que sepan que van a ver una simple peli de acción con giros de
guion y algo de drama, se sentirán satisfechos. El problema es que a veces el
espectador pretende decidir lo que quiere que le enseñen, en lugar de recordar
que el cine consiste en disfrutar con lo que el director decide mostrarte. Y
con un guion, por cierto, de los hermanos Pastor, que parecen afianzarse cada
vez más en Hollywood.
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