En
Hollywood ya está todo inventado, y más si se trata de comedias de brocha
gorda, así que lo mejor es acercarse a esta película sin demasiadas
expectativas y con la única esperanza de
reír un rato en el cine y olvidarla por completo después.
Y
si ese es el plan elegido, la película funciona. Sin innovar absolutamente nada
ni contener en su historia o sus interpretaciones nada digno de destacar, la
mayoría de los chistes funcionan lo suficientemente bien para dejarse contagiar
por las carcajadas del espectador de al lado y disfrutar con las desgracias
ajenas sin importar que todo lo que nos ofrecen lo hayamos visto mil veces ya.
De
hecho, la película es una especie de secuela de Las vacaciones de una chiflada familia americana, de Harold Ramis
(allí los protagonistas son Chevy Chase y Beverly D’Angelo, que aquí hacen de
padres del personaje principal) que inauguró la saga de National Lampoon’s.
Con
una serie de cameos y colaboraciones (Chris Hemsworth, Leslie Mann, Charlie
Day, Norman Reedus, Keegan-Michael Key, Michael Peña o Colin Hanks, entre
otros) que a la postre son de lo mejor del film, el problema que tengo yo con
la película es lo poco que simpatizo con los cuatro protagonistas. Ni el odioso
niño pequeño, ni el insulso (aparte de incómodo de ver) hermano mayor, ni la
clásica pero de turbio pasado madre, ni el perdedor pero estúpidamente
optimista padre. Todo el núcleo familiar es un completo desastre que, cuando
toman la peor de las decisiones una vez puede provocar cierta gracia, pero a la
cuarta solo esperas a que alguien los secuestre y mutile por las solitarias
carreteras de Arizona (y viendo la subtrama con el camión es imposible no
recordar con cierta añoranza el episodio correspondiente de Relatos Salvajes).
Dice
el dicho que de donde no hay no se puede sacar, y eso es lo que pasa con esta
película, que parece tener unas aspiraciones tan bajas que el hecho de que las
cumpla no es suficiente como para poderla ensalzar. Sí, te ríes, pero poco más.
Más inspirados encontré a sus autores con los guiones de Como acabar con tu jefe y su secuela, que en esta película demasiado
inspirada en el estilo de Resacón en Las
Vegas aunque sin su originalidad y surrealismo (no es casualidad que el protagonista
aquí sea Ed Helms) mientras que con Christina Applegate tengo todo el rato la
sensación de que está tratando de imitar a Jennifer Aniston.
Por
cierto, que los tipos que han escrito y dirigido esto son los que andan detrás
del reboot (y van…) de Spider-man.
Miedo me da…
En
fin, que si les gusta la típica comedia americana algo zafia y facilona esta
película les gustará. Yo me reí en unos cuantos gags aunque, personalmente,
suelo exigir bastante más.
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