Amar es la ópera prima del cortometrajista Esteban Crespo, una historia
donde también debutan los dos actores protagonistas sobre el primer amor, ese
amor adolescente que tanto duele y que tan arraigado queda en nuestros
corazones.
Crespo
pretende dotar a la película de una naturalidad tal que toma decisiones de
cámara arriesgadas que no siempre le funcionan. Son sus dos protagonistas, con
ese descaro que solo la juventud ofrece, quienes más consiguen impregnar de
naturalidad al film, aunque en ocasiones (sobre todo en los diálogos del final)
el tono de voz patina un poco, quizá debido a un exceso de complacencia del
director.
Hay
también por ahí un grupo de veteranos secundarios de cierto prestigio, pero no
tienen suficientes minutos para lucir ni sus subtramas aportan demasiado a la
historia, de manera que son infrautilizados, más allá del posible reclamo
publicitario.
Más
allá de esto, el gran lastre de Amar es su propia premisa. Y no porque sea un guion
malo, ya que lo que explica es exactamente lo que el director quiere explicar,
sino porque no interesa a nadie.
La
definición de la delgada línea que separa el amor del dolor está muy bien
definida, y es fácil identificarse en algún momento con los personajes. ¿quién
no ha sufrido, gozado, amado u odiado en algún momento de su juventud como lo
hacen los dos protagonistas? Sin embargo, el que las historias mostradas en
pantalla se asemejen a nuestras propias experiencias no es sinónimo de que
interesen a nadie. También si nos muestran a alguien comiéndose una manzana o
yendo a la compra nos veríamos reflejados, y eso no significa que tenga que
hacerse una película sobre ello.
Así,
Amar termina siendo rutinaria y
aburrida, como si el espectador se encontrase de bajón en medio de una
discoteca y en lugar de bailar se dedica a observar a las parejas que hay a su
alrededor. Es Amar un ejercicio de
voyerismo apático y sin gracia, donde los pocos momentos en los que Crespo
pretende romper la rutina (los momentos ascensor, las máscaras de gas) rozan el
ridículo.
Desde
aquí siempre he pretendido animar y apoyar a los nuevos talentos, y espero que
Crespo tenga nuevas oportunidades en un futuro para demostrar de lo que es
capaz, ya que en Amar demuestra, por
lo menos, que tiene una personalidad propia y claridad de ideas, pero eso no
quita para que la película me pareciera totalmente insustancial y descafeinada.
Valoración:
Cuatro sobre diez.
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