La niebla y la doncella es la adaptación homónima de una novela de Lorenzo
silva, con el sargento Beveilacqua y la cabo Chamorro como protagonistas. Esta
es la tercera novela en la que estos dos personajes comparten misterios, lo que
de entrada hace que los personajes tengan, en la película, una familiaridad que
nunca se explica al espectador. Este es uno de los muchos defectos que pululan
por esta adaptación, quizá, como en la reciente El guardián invisible, demasiado centrada en contentar a los fans
de la novela y dejar intacto su espíritu que en contar una buena historia.
Lo
cierto es que ya el tráiler anticipaba que la cosa no iba por buen camino,
resaltando mucho la presencia de estos personajes (que han tenido otras
adaptaciones, pero principalmente en el campo televisivo) y sin que se llegue a
vislumbrar realmente de que va el asunto.
Ya
frente a la película, lo cierto es que la ambientación es excelente, con un
arranque muy intenso y una buena presentación de personajes. La isla de La
Gomera luce perfecta para esta historia de asesinos y misterios sin resolver y,
pese a que Quim Gutiérrez y Verónica Echegui no parecen los más apropiados para
representar sus papeles protagonistas, tanto Roberto Álamo como Aura Garrido
están a muy buen nivel.
No
empieza realmente mal la película, más centrada en los personajes y sus
interacciones que el caso en sí (el cual tampoco es que sea muy llamativo: la
muerte de un muchacho hace ya tres años), pero el deseo de Andrés M. Koppel de
hacer un thriller muy complicado y de infinidad de giros argumentales termina
por tener el efecto contrario al deseado. En lugar de mantener intrigado al
espectador este termina por desconectar, resignándose a no entender demasiado
de lo que le están contando y contentándose en ver qué rumbo toma la inevitable
historia romántica de fondo. No es la complejidad de la trama lo que falla, soy
el primero al que le gusta que le engañen en una sala de cine y se siente
tentado a ir en busca de segundas revisiones para terminar de atar cabos, es la
torpeza con la que está narrado todo. Koppel está impecable en la atmósfera que
rodea a los protagonistas, pero no en la acción que los mueve. Para colmo, los
pocos momentos de emoción terminan siendo fuera de plano.
La niebla y la doncella es una película que va decreciendo hasta llegar a un
desenlace tan precipitado como confuso, como si los propios realizadores
hubiesen perdido el interés en su obra y estuviesen deseando irse a casa. Quizá
bastaría un cuarto de hora más de metraje para darle otro sentido a la
película, pero sin él el aburrimiento con el que flirtea en determinados
momentos no está nunca justificado.
Una
lástima, ya que parece que la novela en la que se basa tiene mucho mejor fondo
y esto tenía pinta de presumible franquicia. Y una lástima también por Garrido
y Álamo. Ellos hacen muy bien su trabajo, pero no les basta para mantener el
barco a flote.
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