Los que me leéis habitualmente ya sabéis la poca gracia que me hace eso de adaptar en live-action los viejos clásicos de Disney. Sin embargo, el reencuentro entre Tom Hanks y Robert Zemeckis me invitaba a esperar algo bueno de esta nueva versión de Pinocho, aun a sabiendas que el autor de la trilogía de Regreso al futuro está muy lejos de su mejor época. Sin embargo, las cosas son como son (o peor aún) y este producto (no sé si atreverme a llamarlo película) es aún más terrible de lo que podía esperar.
De
nuevo estamos ante un calco casi literal de la película base, evitando los
detalles más polémicos (no pongamos la escena de Pinocho fumando, no vayamos a escandalizar a alguien) tal y como se hizo con Dumbo.
La
película es tan plana como cabría suponer, insoportablemente aburrida y con un
acabado digital pasable sin más. La conversión de Pinocho de la animación
tradicional al CGI digital resulta
algo incómoda de ver mientras que no termino de entender la decisión de
mantener el aspecto animal de algunos personajes en lugar de optar por actores de carne y hueso, que es de lo que se supone que va esto.
No
todo es un desastre total: hay un par de secuencias que derrochan imaginación y
que, vistas de manera aislada al resto del film, resultan de lo más estimulante.
Me estoy refiriendo a la panorámica alrededor de la pared del taller de
Geppetto, en la que se muestra los diversos relojes de cuco del juguetero (todo
un auto homenaje al mundo Disney), y
a la presentación del parque de atracciones, dos gotas de agua visualmente muy
imaginativas en medio de un desierto de mediocridad.
A
cambio, tenemos la que posiblemente sea la peor interpretación de Tom Hanks en
toda su carrera. Hace poco, en un ridículo ejercicio de corrección política
equivocada, el actor afirmó que hoy en día no aceptaría el papel que hizo en Philadelphia. Viendo su trabajo en Pinocho, la realidad es que ahora no se
merecería ni que se lo ofrecieran.
En
fin, un despropósito sin alma ni magia, que carece del más mínimo recurso para
la sorpresa y sumamente aburrida que solo sirve para perder, ya de antemano,
ante las comparaciones que se van a hacer con la otra versión de Pinocho que
está por llegar, la firmada por Guillermo del Toro. Antes del estreno, el mejicano
ya ha ganado la batalla.
Valoración:
Tres sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario