De la mano de J.J. Abrams, la productora Bad Robot puede presumir por hacer películas que, si bien no siempre son obras maestras, al menos acostumbran a garantizar un buen rato de entretenimiento.
Con
la alianza de Netflix, Lou mantiene la línea, conformando una
película de acción tan sencilla como contundente y que tiene en su protagonista
su mejor baza. No es cuestión de descubrir ahora a Allison Janney, inolvidable
como C.J. en El ala oeste de la Casa Blanca y oscarizada por Yo, Tonya, pero sí resulta toda una
sorpresa verla ahora convertida en heroína de acción en un personaje que
tenemos más asociado a un rol femenino.
Lou
es una mujer amargada e irascible que parece querer vivir alejada del mundo y
poco empática con sus vecinos, en especial la joven Hannah y su hija a las que
tiene alquiladas una cabaña en medio del bosque. Ocultadora de un pasado
misterioso, la mujer no tendrá más remedio que romper su coraza e involucrarse
en el rescate de la hija de Hannah en manos de su violento padre, al que se
daba por muerto.
A
partir de aquí, tenemos una propuesta de persecuciones por bosques, tiroteos y
peleas en las que Janney se desenvuelve sorprendentemente bien, ofreciéndonos
un film contundente y emocionante con giros que, si bien no son del todo
imprevisibles, sí resultan suficientemente efectivos de cara a sorprender al
espectador.
No
es una película de la que debamos esperar grandes cosas, más que un
entretenimiento muy cumplidor que cumple con los requisitos y sorprende por
encima de otras propuestas de Netflix
que estaban llamadas a ser la sensación de la temporada y acaban diluidas en
agua de borrajas.
Valoración:
Siete sobre diez.
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