Un
año más se ha celebrado la fiesta grande del cine español. Hace apenas unos
días los premios Feroz coronaban a El Reino como mejor película dramática
del año (recordemos que aquí hay dos catalogaciones, ganando Campeones como mejor comedia), al igual
que a su director, Rodrigo Sorogollen y a sus dos actores principales, Antonio
de la Torre como protagonista y Luis Zahera como actor de reparto, por lo que
se podría imaginar (a la espera de los Fotogramas
de Plata) que iba a repetir éxito en los Goya.
Ciertamente,
en una gala presentada por Andreu Buenafuente y su mujer Silvia Abril, algo
mejor que la del año anterior pero tampoco como para tirar cohetes, El Reino se llevó los principales
premios, repitiendo director, actores y guion, pero la gran sorpresa fue cuando
Campeones (que ya se había llevado un
par de premios, a la canción y al actor revelación) fue designada como mejor
película.
En
una ceremonia sin demasiada emoción, más allá del discurso de Jesús Vidal y la
entrega del Goya de honor a Narciso Ibáñez Serrador (contando para la ocasión
con la presencia de sus discípulos más avanzados: Amenábar, Balagueró, Bayona,
Cortés, De La Iglesia, Fresnadillo, Plaza y Vigalongo, vamos, lo mejor de lo
mejor entre el fantástico español), Campeones
ha sido la gran sorpresa, pues pese a llevarse solo tres cabezonas, en contra
de los siete de El Reino, el ser
designada como mejor película deja muchas dudas sobre si lo que se premia es la
calidad cinematográfica de un producto o su calidad humana.
No
voy a negar los méritos de Campeones,
un verdadero canto en pos de la integración y un meritorio esfuerzo por hacer
visibles a unos miembros de la sociedad en ocasiones marginados y ninguneados,
pero de ahí a decir que el film de Fresser es lo mejor del año… Poco dice en
favor del cine español del 2018. O es que quizá los académicos no han visto Petra, Todos lo saben o Quién te cantará (que se ha tenido que conformar con el reconocimiento a una de sus
actrices). Al menos la brillante La
sombra de la ley se ha impuesto en el apartado técnico con tres premios
más.
Más
allá de gustos particulares, la gran pregunta es: ¿Cómo puede una película tener
al mejor director, al mejor guion y a los mejores actores (aparte de la mejor
banda sonora, montaje y sonido) y no ser la mejor película del año? ¿Qué méritos
tiene Campeones para poder decir que
es mejor que El Reino? Insisto, un
despropósito cinematográfico que demuestra que el criterio no es todo lo
ecuánime que debería y que solo sirve para dar la razón a aquellos que aseguran
que los premios de cine no sirven para nada. En Estados Unidos aún deben estar
carcajeándose al ver la candidatura española por una película cuyo esquema
argumental hacen ellos año sí año también…
En
fin, que mejor no hacer más leña y felicitar a Sorogoyen por su éxito y a Jesús
Vidal como representante de todos sus componentes no profesionales del reparto
de Campeones. Y una mención rápida a
los otros títulos que lograron rascar alguna cosa también, como Carmen y Lola, La noche de los 12 años, La
enfermedad del domingo, El hombre que
mató a Don Quijote o SuperLópez.
En el apartado extranjero, no hubo color (si me permiten el chiste): Roma y Cold War.
Aquí podéis consultar el listado completo. Ahora, a
pensar ya en los Oscar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario