jueves, 30 de enero de 2020

EL SILENCIO DEL PANTANO

Debo confesar que no me inspiraba nada de confianza el debut de Marc Vigil como director de largometrajes. A fin de cuentas, creo que uno de los pocos problemas que encuentro en la serie de El ministerio del tiempo es su dirección, y Vigil ha sido el responsable de la mayoría de episodios de la serie de los hermanos Olivares.
Sin embargo, una vez vista El silencio del pantano, debo descubrirme ante él. Tras acabar un 2019 con una serie de policiales españoles bastante mediocres (El silencio de la ciudad BlancaEl asesino de los caprichos) la situación se ha enderezado con un gran ejercicio en el que la intriga y el desasosiego son su baza principal.
Desabriéndonos desde el principio la identidad del asesino en cuestión (o no, eso ya se verá), Vigil recorre las zonas más marginales del país, esa mafia gitana que tan bien plasmaba en pantalla Paco Cabezas en Adiós, para mezclar las historias de una corrupción gubernamental, un tráfico de drogas y un escritor con instintos homicidas de forma elegante y muy efectiva.
Con un reparto muy televisivo (quizá Vigil se haya sentido más cómodo tirando de amigos) con Pedro Alonso y Nacho Fresneda a la cabeza, la película sobrecoge y mantiene en vilo al espectador, jugando además al despiste al mezclar ficción y realidad y desconcertando en su resolución final.
Un muy buen debut que demuestra que, aunque no siempre lo parezca, la televisión sigue limitando demasiado a la creatividad.

Valoración: siete sobre diez.

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