Aunque tiene una carrera más o menos aceptable como guionista, en especial en la saga de los X-men (aunque las suyas no son precisamente las mejores), los méritos de Simon Kinberg como realizador son ya más dudosos, pues su principal y más importante trabajo tras las cámaras ha sido X-men: Fénix Oscura y ya sabemos todos como acabó la cosa. De tener la responsabilidad y el privilegio de cerrar de manera definitiva la franquicia de mutantes de la Fox a realizar la peor película de la saga con diferencia, aunque hay quien podría justificarlo debido a presiones externas a causa de la compra de Disney, que hizo que todos los proyectos en funcionamiento se tambaleasen un poco.
Sea
como sea, Agentes 355 era una
oportunidad única para demostrar sus dotes como director, pero no estoy muy
seguro de poder asegurar que lo haya conseguido.
Agentes 355 está dentro e la corriente de películas de espionaje
protagonizadas por mujeres, aprovechando el tirón (más social que comercial) de
títulos como Atómica, Gorrión Rojo o Viuda Negra, con la salvedad de que esta ocasión no hay una única
protagonista, sino que las Agentes 355 a las que hace referencia el título (que
en realidad es un guiño a una hipotética mujer espía del bando de los patriotas
durante la Revolución Americana) son un grupo más variado que un anuncio de Benetton,
por lo que el recuerdo de unos Ángeles de Charlie de baratillo es inevitable.
No
quiero que parezca que destaco la presencia femenina como algo negativo, ni
mucho menos (de hecho, disfruté mucho de dos de las tres películas antes
mencionadas), pero de nuevo se cae en los errores de querer potenciar un
feminismo mal entendido que en lugar de dignificar a la mujer se limita, como
ya se hiciera en otra película fallida como Aves de Presa, a convertir en villano a prácticamente todo personaje masculino
que se pasee por aquí.
Detalles
aparte, la película resulta un buen entretenimiento, demasiado liviano, quizá,
apoyándose en el villano tópico que piensa que una tercera guerra mundial le va
a ser provechoso de alguna manera y creando un arma definitiva (otra más) que a
la postre no es más que un macguffin
para mover la trama de un país a otro.
Lo
más llamativo de Agentes 355 es su
reparto, donde frente a nombres como Sebastian Stan o Edgar Ramirez, nos
encontramos con la presencia internacional de Penélope Cruz, Lupita Nyong’o,
Diane Kruger, Bingbing Fan y, sobre todo Jessica Chastain, quien se supone que
fue la que tuvo la ocurrencia de
esta película en complicidad con el director cuando finiquitaban a los
mutantes. Y si en aquella Dark Phoenix
la Chastain quedaba completamente desaprovechada, lo mismo puede decirse de
este nuevo caso, donde no se aprovecha el talento de ninguna de las actrices y
su presencia parece más un reclamo de cara a la taquilla que un intento por
cohesionar un reparto internacional de campanillas al servicio de la historia.
La
película funciona como vehículo de acción, pero Kinberg parece empeñado en
sabotearla con unos movimientos de cámara torpes que impide disfrutar de las
escenas de acción como se merece, consiguiendo que lo que tendría que haber
sido un gran espectáculo de acción se convierta en una película más del montón,
banalizando sus posibilidades y dotando a una superproducción de na factura
final más cercana al cine de videoclub de épocas pretéritas que a un gran
estreno a tener en cuenta.
Una
lástima, pues las expectativas eran buenas, pero parece que una vez más se ha
dejado el barco en las manos equivocadas y, pese a lo bonito del viaje, el
naufragio parece inevitable.
Valoración:
Seis sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario