Acuciados por el éxito de Marvel, en Warner nunca han sabido muy bien qué hacer con las infinitas posibilidades que les ofrece el universo DC, lejos ya los tiempos de Christopher Nolan y su Batman. Eso les ha obligado a ir a salto de mata y depender más de los ecos que producían sus películas que de un plan específico. Por eso, tras la apuesta por Superman con El hombre de acero, cuando intuyeron que en Batman v. Superman a la gente le molaba más el Batman de Affleck que el Super de Cavill, el último hombre de Krypton cayó en desgracia y había planes para meter al murciélago por todas partes, película en solitario y estrella invitada en Escuadrón Suicida incluido. Luego fue el propio Affleck quien fue condenado y borrado del mapa y, viendo que lo poco que parecía molar de la mencionada Escuadrón Suicida era el personaje de Harley Quinn, era cuestión de meter a Margot Robbie hasta en la sopa.
Mientras esperamos con incertidumbre qué nuevo cambio de planes pueda originar el inesperado (y desproporcionado) éxito de Joker, llega la primera de esas muchas películas anunciadas centrada en la figura de Quinn (el año que viene será turno de Escuadrón suicida 2 y ya veremos qué pasa con los proyectos de Gotham sirens y la supuesta película específica de Harley Quinn y Joker): Aves de presa (y la fabulosa emancipación de Harley Quinn).
El título no puede ser más evocador. Como el Joker de Jared Leto tampoco gustó nada, plumazo y a otra cosa, mariposa, así que su obsesiva enamorada no tiene más remedio que buscarse las castañas por su cuenta, aunque no tardará en coincidir con un grupito de inadaptadas con las que formará la alianza femenina del título.
Viendo las primeras imágenes del film y con el conocimiento de que iba a ser una película de clasificación R, las expectativas eran bastante halagüeñas, pero una vez más en Warner han pecado de cobardía y han ofrecido bastante menos de lo que se esperaba.
Con Margot Robbie como indiscutible estrella de la función, la película no deja de ser una pobre imitación del Deadpool de la Fox, sin atreverse a llegar a los límites de aquella. Con un argumento bastante lineal que desaprovecha terriblemente las posibilidades el villano de la función, un Máscara Negra al que da vida un Ewan McGregor que se esfuerza por estar todo lo desatado que el film parece merecer, y cuyo nivel de gamberrismo termina siendo lo suficientemente light como para no escandalizar a nadie.
Cathy Yan, prácticamente una desconocida, hace lo que puede para conseguir una película dinámica y que no aburra, limitada a un presupuesto mucho más ajustado que el de otras películas del DCEU (o comoquiera que se llame esto ahora), con peleas bastante dinámicas y tratando de ofrecer un sentido del humor algo cafre, pero sin llegar a conseguirlo del todo. Quizá uno de los problemas radique en la pobre definición de personajes, demasiado lastrados por la necesidad de dedicar el máximo de tiempo posible a una Harley Quinn que en Escuadrón Suicida molaba y que aquí se le nota demasiado el esfuerzo artificial que hace por molar. Ese desdibujamiento del resto de protagonistas y la narrativa desordenada hacen que la función no se pueda disfrutar como se debería, forzando a que la diversión vaya de más a menos. Al principio, parece que el nivel de locura va a funcionar bastante bien, pero ya a mediados del metraje el chiste se empieza a repetir y el nivel de “molanidad” va hacia abajo.
Con todo, Aves de presa no es una película aburrida, y mejora un poco el nivel de otras películas “menores” de DC, pudiendo ser comparable a Shazam, otra que apuntaba maneras (y cuya campaña promocional estaba también inspirada descaradamente en Deadpool) y que terminaba viéndose condenada por la obligación de ser demasiado infantil. En Aves de presa el problema no son los niños (hay palabrotas, muertes y mutilaciones) pero flojea en demasiados aspectos y, si Margot Robbie nos enamoraba en Escuadrón Suicida, aquí termina por agotar, mientras que a personajes como el Canario Negro de Jurnee Smollett-Bell o la Cazadora de Mary Elizabeth Winstead saben a poco.
Valoración: Seis sobre diez.
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