miércoles, 5 de febrero de 2020

Cine: ADÚ

La nueva película de Salvador Calvo después de la interesante 1898: Los últimos de Filipinas es Adú, un melodrama bienintencionado con crítica social acerca de la inmigración y la dificultad de sobrevivir en ciertas zonas de África.
La película está dividida en tres historias que transcurren en paralelo hasta que, de algún modo, se terminan por cruzar (casi se rozan, diría yo). La principal y que da título al film es la de Adú, un niño de Camerún que debe huir de su aldea junto a su hermana y trata desesperadamente de llegar a Europa. Esta es la historia más conmovedora y desgarradora de la película, muy bien sostenía por el pequeño Moustapha Oumarou y que bien merecía ser el único foco de atención del film. Aunque algo reiterativa en ciertos momentos, cayendo en la búsqueda de la lágrima fácil, su historia, sin que tenga nada demasiado original, es un buen ejemplo de la situación de la inmigración ilegal que llega desde el continente africano y ya por sí sola es motivo más que suficiente para ver esta película.
El problema radica en que apenas hay una conexión con las otras dos historias, más allá de tener a África como elemento común, y eso hace que la película baje algunos enteros. Por un lado, la historia de un áspero defensor de los elefantes que se reencuentra con su problemática hija adolescente no deja de ser un relato previsible y poco inspirado que parece buscar más la taquilla con el reclamo de sus dos actores protagonistas, unos Luis Tosar y Anna  Castillo que siempre están a muy buen nivel, que no por su aportación a la historia, mientras que la trama que protagonizan Álvaro Cervantes y Miquel Fernández, unos policías aduaneros investigados por la muerte de un inmigrante, parece muy distanciada del resto de la narrativa, y cada vez que aparecen en pantalla se nota una ligera fractura narrativa.
Probablemente por separado las tres historias podrían haber dado para tres películas independientes, pero entremezcladas no terminan de funcionar, quizá porque el espectador está constantemente esperando ese momento en la que una se funda con otra, interactuando entre ellas, sin que en realidad nunca lleguen a converger del todo, más allá de cruces casuales.
Interesante película, en fin, que peca de querer contar demasiadas cosas sin poder permitirse el profundizar demasiado en ellas, y con cierta tendencia al drama nada sutil y algo facilón.

Valoración: Seis sobre diez.

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